Traducido del inglés: martes, 10 de enero, 2012
Investigadores del Hospital Pediátrico Conmemorativo de Chicago revisaron estudios previos sobre las dietas y los complementos que se han probado en niños con TDAH. Entre las dietas evaluadas estaban la restricción del azúcar, que algunos padres creen que empeora la hiperactividad; evitar la comida que contenga aditivos y conservantes, conocido como la "dieta Feingold"; una "dieta de eliminación" que evita los alimentos más frecuentemente implicados en las alergias alimentarias; y complementos con ácidos grasos omega 3, por ejemplo con cápsulas de aceite de pescado.
Poca investigación respalda la idea de que el azúcar o los edulcorantes artificiales afecten la conducta de los niños, según la revisión. Tampoco hay mucha evidencia a partir de ensayos controlados que respalden la dieta Feingold, que se hizo popular por primera vez en los 70 y que aconseja evitar alimentos que contengan colorantes rojos y naranjas y conservantes (lo que incluye a las manzanas, las uvas y los embutidos).
Pero algunos estudios han sugerido que algunos niños con TDAH se benefician de una dieta de eliminación, también conocida como hipoalergénica. Generalmente, esto significa prescindir de la leche de vaca, el queso, los cereales de trigo, los huevos, el chocolate, los frutos secos y los cítricos, lo que puede ser difícil para los niños y para las familias, señaló el autor del estudio, el Dr. J. Gordon Millichap, profesor emérito de la Facultad de Medicina de la Universidad de Northwestern y neurólogo del Hospital Pediátrico Conmemorativo en Chicago.
Además, los resultados de los estudios sobre las dietas hipoalergénicas han sido mixtos. "Hallamos que la dieta hipoalergénica podría resultar eficaz, pero para las familias es difícil manejarla", apuntó Millichap.
Un estudio de investigadores australianos sugirió que los niños que comían una dieta típica de "estilo occidental", que es rica en grasas, sal y azúcares refinadas, tenían un mayor riesgo de TDAH que los niños que comían una dieta más saludable rica en pescado, verduras, frutas y granos integrales que contenía mucha fibra, folato y ácidos grasos omega 3.
El Dr. Roberto Lopez-Alberola, profesor asociado y jefe de neurología pediátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami, dijo que aconseja firmemente que los niños con TDAH sigan una dieta más sana y eviten los colorantes, conservantes y otros aditivos.
Aunque el mecanismo biológico preciso aún no se ha descubierto, Lopez-Alberola cree que el aumento en las tasas de obesidad y de TDAH guardan alguna relación, y las malsanas dietas modernas podrían estar contribuyendo al problema.
"Soy un firme creyente de que en última instancia somos lo que comemos, y desafortunadamente, como resultado de nuestra mala dieta occidental, observamos este aumento en la tasa de obesidad, sobre todo entre los jóvenes", señaló Lopez-Alberola. "La comida rápida. La comida procesada. La comida llena de conservantes... de la misma forma que vemos un impacto físico, tendrán un impacto sobre el desarrollo neural. No es sorprendente ver un aumento paralelo en la obesidad y el TDAH".
Otro estudio, llevado a cabo por investigadores en Inglaterra con niños que eran excesivamente torpes (algunos de los cuales también tenían TDAH) halló que los complementos de omega 3 no ayudaban con las habilidades motrices, pero sí parecían ayudar con la atención.
Otras investigaciones han hallado que muchos niños con TDAH tienen niveles inusualmente bajos de hierro en sangre. Un estudio israelí halló que los padres de los niños que reciben complementos de hierro reportaban menos síntomas de TDAH, pero los maestros no observaron ese efecto.
Esto es gran parte del problema con la investigación que observa las intervenciones dietarias para el TDAH, señaló el Dr. Andrew Adesman, jefes de pediatría del desarrollo neural y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven & Alexandra Cohen en Nueva York.
El efecto placebo puede ser potente. Muchas de las investigaciones sobre intervenciones dietarias comparan estas intervenciones con ningún tratamiento, mientras que hay pocas investigaciones que comparen una dieta con un medicamento estimulante como Ritalin (metilfenidato) o Adderall (dextroanfetamina y anfetamina), respaldados por dos décadas de investigación que muestra que son eficaces para los niños con TDAH, apuntó Adesman.
"Para bien o para mal, los fármacos son el tratamiento más eficaz disponible para el TDAH", dijo Adesman. "No tenemos datos que sugieran que las intervenciones dietarias sean más eficaces que los fármacos, y hay pocos o ningún dato que sugieran que las intervenciones dietarias sean igual de eficaces como los fármacos".
La revisión aparece en la edición de febrero de la revista Pediatrics.
Se calcula que el TDAH afecta a entre cinco y ocho por ciento de los niños en edad escolar. Los síntomas, que pueden persistir hasta la adultez, incluyen falta de atención, hiperactividad e impulsividad más allá de lo que se observa normalmente para la edad y el desarrollo de un niño.
Comprensiblemente, muchos padres se muestran renuentes a medicar a sus hijos pequeños, así que hay mucho interés en tratamientos alternativos, señalaron los expertos.
"Sí hallamos que los padres se están interesando más sobre la posibilidad de usar dietas en lugar de, o como complemento para, los medicamentos", comentó Millichap.
Aunque la primera línea del tratamiento para el TDAH son los medicamentos y la terapia conductual, que usan refuerzo positivo para ayudar a los niños a aprender a controlar la impulsividad, los padres que deseen probar con las intervenciones dietarias deben recibir respaldo en su esfuerzo, apuntó Millichap.
"Las dietas pueden usarse en el tratamiento del TDAH, pero por lo general no es la primera opción de la mayoría de padres", dijo. "Pero algunos padres lo prefieren, y no les gustan los medicamentos para nada. Este es uno de los motivos para considerar las dietas. Otra es que haya efectos secundarios o adversos con los fármacos. Entonces, se podría recurrir a los tratamientos dietarios".
Adesman añadió que "las familias tienen todo el derecho a explorar los métodos alternativos, pero deben reconocer que con frecuencia solo hay investigaciones limitadas para respaldar o justificar sus usos, y es probable que los beneficios sean menos sustanciales que con el tratamiento convencional".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
No hay comentarios:
Publicar un comentario