EL OBJETIVO DE ESTE BLOG ES "LLAMAR LA ATENCIÓN" SOBRE LA EXISTENCIA DEL TDAH EN
ADOLESCENTES Y ADULTOS





El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un síndrome conductual con bases neurobiológicas y un fuerte componente genético.




Se trata de un trastorno neurológico del comportamiento caracterizado por distracción moderada a severa, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas.



El Déficit de Atención con Hiperactividad está relacionado con una falta de balance en la producción cerebral de dos neurotransmisores: Dopamina y Noradrenalina.



El TDAH como entidad clínica se encuentra recogido en la Clasificación internacional de enfermedades, décima revisión (CIE-10), la cual representa un marco etiológico.

Seguidores

miércoles, mayo 29, 2013

¿QUÉ SE SIENTE AL TENER TDAH?

Publicado


Escrito por el Dr. Edward M. Hallowell
Publicado en Huffington Post Healthy Living el 27 de junio de 2012.
Texto original en inglés
Traducido y adaptado por la Dra. Elena Díaz de Guereñu
¿Qué se siente al tener TDAH? ¿Cómo se vive con este síndrome? Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. En primer lugar, me molesta esta denominación. En mi opinión, la mayoría de la gente tiene Trastorno de Exceso de Atención, y me explico: en el mundo en que vivimos, ¿quién puede prestar atención a cualquier cosa durante mucho tiempo? ¿De verdad es un signo de salud mental ser capaz de equilibrar tus cuentas, mantenerte sentado en tu silla, y no hablar nunca a destiempo? De todos modos,  pensemos lo que pensemos, ahí está ese trastorno llamado TDAH. Entonces, ¿qué se siente al tenerlo?
Algunas personas dicen que el llamado trastorno ni siquiera existe, pero créanme, existe de verdad. Me vienen a la mente muchas metáforas para describirlo.
Es como conducir bajo la lluvia con limpiaparabrisas viejos. Ves todo borroso, vas a toda velocidad y te desespera no ver bien. O como escuchar una emisora ​​de radio con muchas interferencias y esforzarte para escuchar lo que están diciendo. O como tratar de construir un castillo de naipes en plena tormenta de arena. Hay que construir algo para protegerse del viento antes de pensar siquiera en coger las cartas.
En otro sentido, es como estar todo el tiempo acelerado: se te ocurre una idea e intentas llevarla a cabo; entonces, sin saber por qué, se te ocurre otra idea antes de que hayas terminado la anterior, y te pones a darle vueltas, pero claro, una tercera idea interrumpe a la segunda, y tienes que atenderla, y de pronto la gente está llamándote desorganizado, impulsivo y todo tipo de palabras despectivas, sin tener ni idea de lo que hablan.
Porque estás haciendo todo lo que puedes. Pero ahí están todos esos vectores invisibles tirando de ti hacia aquí y hacia allá y haciéndote muy difícil centrarte en tu tarea.
Además, estás liberando energía todo el tiempo. Tamborileas con los dedos, mueves los pies, tarareas una canción, miras aquí y allá, te estiras, haces garabatos… y los demás piensan que no estás prestando atención o que no te interesa lo que te están diciendo; pero todo lo que haces es liberar energía para ser capaz de prestar atención.
Te es más fácil prestar atención cuando estás paseando, escuchando música o en una habitación ruidosa y abarrotada, que cuando estás quieto y rodeado de silencio.
¿Qué se siente al tener TDAH? Una actividad frenética. Estás aquí, allá y en todas partes. Alguien dijo: “El tiempo es lo que evita que todo suceda a la vez.” El tiempo organiza y separa los acontecimientos para que podamos hacer las cosas de una en una. En el TDAH, esto no sucede así. En el TDAH, el tiempo se desmorona; el tiempo se convierte en un agujero negro. Para una persona con TDAH, es como si todo sucediese a la vez. Esto le crea una sensación de torbellino interno, incluso de pánico. El individuo pierde la perspectiva y la capacidad de priorizar: está siempre en marcha, tratando ante todo de evitar que el mundo se derrumbe.
Colas. Soy prácticamente incapaz de hacer colas. No puedo esperar. Ese es mi gran problema: el impulso lleva a la acción. No conozco eso que podríamos llamar la reflexión intermedia entre el impulso y la acción. Por eso, igual que muchas personas con TDAH, carezco de tacto. El tacto requiere pensar las palabras antes de pronunciarlas, y quienes tenemos TDAH no sabemos hacer eso.
Muchos de los que tenemos TDAH buscamos emociones fuertes. En mi caso, me encantan los casinos, una intensa combinación entre hacer psicoterapia y tener un montón de gente alrededor. Las emociones fuertes pueden meterte en líos; por eso el TDAH es frecuente entre delincuentes y personas temerarias. También lo es en las llamadas personalidades de tipo A, así como entre los maníaco-depresivos, los sociópatas y los consumidores de drogas. Pero también es frecuente en personas creativas e intuitivas en todos los campos, y en personas muy activas y eficientes. Lo que quiere decir que hay un lado positivo en todo esto.
Este lado positivo no se suele mencionar al hablar del TDAH, porque tendemos a centrarnos en lo que va mal o en lo que, de alguna manera, hay que controlar. Pero a menudo, cuando el TDAH ha sido diagnosticado y el individuo, con la ayuda de sus profesores, sus padres y sus compañeros, ha aprendido a manejarlo, va emergiendo ante nosotros un ámbito desconocido del cerebro. De repente, la radio se sintoniza, el parabrisas está limpio, la tormenta de arena se ha calmado. Y ese niño o ese adulto que no daba más que problemas, que era como un dolor de cabeza, comienza a hacer cosas de las que nunca había sido capaz. Sorprende a todos los que le rodean, se sorprende incluso a sí mismo. Y aunque hable en masculino, podría igualmente hacerlo en femenino, pues vemos cada vez más TDAH en niñas y mujeres a medida que lo buscamos.
Muchas de estas personas son sumamente imaginativas e intuitivas. “Sienten” las cosas, son capaces de descifrar el meollo del asunto mientras que otros tienen que ir paso a paso, guiándose por la razón. Es esa persona que no puede explicar cómo se le ocurrió la solución, o de dónde le llegó la idea para su novela, o por qué, de repente, pintó ese cuadro, o cómo supo el camino más corto hacia la respuesta; todo lo que puede decir es que lo vio, que tuvo esa intuición. Es el hombre, o la mujer que imagina un negocio millonario en un abrir y cerrar de ojos y lo lleva a cabo el día siguiente. Es el niño al que riñen por hablar sin permiso, y a continuación felicitan, porque lo que ha dicho es genial. Son personas que aprenden, piensan y actúan por sensaciones e intuiciones.
Estas personas son muy sensibles. En situaciones donde la mayoría de nosotros no podemos ver nada, ellos son capaces, si no de ver, al menos de sentir la luz y de encontrar respuestas que parecen sacarnos de esas tinieblas. Es importante que los demás perciban este “sexto sentido” y lo alimenten. Si todo alrededor se centra en lo racional, el pensamiento lineal y racional y en la “buena conducta”, estas personas nunca podrán sacar provecho de su intuición. Escucharles puede ser exasperante. Parece que divagan sin hablar de nada concreto. Pero si les tomas en serio y sigues su tanteo, a menudo verás que están a punto de llegar a conclusiones deslumbrantes o a soluciones sorprendentes.
Lo que quiero decir es que sus procedimientos cognitivos son diferentes a los de la mayoría, y que lo que parece una deficiencia, con paciencia y ánimo puede convertirse en un don. Es importe recordar que, cuando se diagnostica, la mayoría de las aspectos negativos del TDAH pueden ser evitados o controlados. El diagnóstico puede resultar liberador, sobre todo para esas personas que han sido tachadas de “vagas”, “tercas”, “malintencionadas”, “perturbadoras”, “imposibles”, “tiranas”, “lanzadas como un cohete”, “descerebradas”, “estúpidas”, o directamente “malas”. Un diagnóstico de TDAH hace que el caso pase del juicio moral al tratamiento neuropsiquiátrico.
¿En qué consiste el tratamiento? Cualquier cosa que reduzca el ruido. Sólo con el diagnóstico ya se reduce el ruido de la culpa y autoinculpación. Introducir ciertas formas de organización de la propia vida puede ser de mucha ayuda. Hacer sesiones de trabajo más cortas. Dividir las tareas en partes más pequeñas. Hacer listas. Conseguir ayuda cuando se necesita. Tal vez poner límites externos a tus impulsos. O hacer el ejercicio necesario para eliminar parte de ese ruido interior. Encontrar apoyo. Tener a un entrenador en tu rincón para mantenerte en el camino correcto. La medicación también es de gran ayuda, pero no es, ni mucho menos, la solución a todo. La buena noticia es que el tratamiento puede ser de mucha ayuda.
Quienes tenemos TDAH necesitamos tu ayuda y tu comprensión. Podemos formar un caos monumental allá donde vayamos pero, con tu ayuda, ese caos monumental puede derivar hacia la razón y el arte. Así que, si conoces a alguna persona como yo, que no sabe comportarse, sueña despierto, olvida esto o aquello o no cumple los programas, acuérdate del TDAH antes de que esa persona empiece a creer que todo eso que la gente anda diciendo es cierto, y sea ya demasiado tarde.
© Edward M. Hallowell, M.D. 2012. Trad.: Dra. Elena Díaz de Guereñu

Fuente: http://tdahvitoriagasteiz.com/2012/12/31/que-se-siente-al-tener-tdah/

martes, mayo 28, 2013

'TDAH: hacer visible lo invisible'.

 
Solo el 1% de los afectados ha sido diagnosticado pese a los riesgos que esta afección representa para el desarrollo personal

miércoles, mayo 15, 2013

Algunas pautas para comprender y ayudar a alguien con Déficit de Atención

Fuente: http://queteniaquehaceryo.wordpress.com/2013/03/08/algunas-pautas-para-comprender-y-ayudar-a-alguien-con-deficit-de-atencion/#more-48

¿No habéis tenido algunas veces la sensación de escuchar una canción y que os apasione tanto que si por vosotros fuese, todo el mundo debería escucharla aunque sólo fuese una vez de forma obligatoria? Ayer tuve esa misma sensación cuando me crucé con este artículo de la neuropsicóloga Rocío Mayoral en El Confidencial. Durante toda la tarde pensé que todas las personas que tienen cerca alguien con Déficit de Atención, con o sin hiperactividad, niño o adulto, deberían leer ese artículo como si fuese por mandato divino.
Vaya desde aquí mi felicitación a la doctora Mayoral por explicar las cosas tan bien y por su comprensión del TDAH y supongo que no le importará que comente en este humilde blog mis impresiones de su publicación.
Para empezar, me encanta la forma en que está organizado el artículo, de forma bien parcelada, con datos concisos y también ameno. Hay pocas cosas que un TDAH puede agradecer tanto como las cosas parceladas, concisas y amenas…
Pero, como digo, lo más importante es que se trata de un texto imprescindible a la hora de ayudar a quienes viven o conocen a alguien con Déficit de Atención para que nosotros tengamos esa sensación de “humildes pequeños éxitos” que tanto necesitamos, a la vez que ellos no acaben de los nervios por nuestras torpezas, comprendiéndonos mejor.
Se destaca, por ejemplo, que el mundo científico-sanitario empieza a ver el Trastorno cada vez con más claridad. Aunque la patología como tal ya se conoce desde principios del siglo XX, hasta hace relativamente poco y todavía ahora, muchos piensan que no es más que despiste, torpeza, tonterías, excusas, no poner atención porque no nos da la gana, y todo ese montón de “razones” con las que algunas personas nos hacen flaco favor. Ahora, sin embargo, ya se sabe que es una alteración ejecutiva: “A su cerebro le falta el director de orquesta”, como se cita a Brown. Es como si una oficina está llena de empleados inteligentes y llenos de entusiasmo, pero sin un jefe que los coordine.
Así, ahora la ciencia sabe que la corteza prefrontal de las personas con TDAH se desarrollan con unos tres años de retraso en comparación con una persona sin el Trastorno, y algunas otras curiosidades, como por ejemplo:
  • Falta de memoria no verbal: Los afectados por este Trastorno somos capaces de hacer una cosa mal, darnos cuenta de que lo hemos hecho mal, sabemos que es algo que debe corregirse… pero costarnos mucho poner en práctica esa corrección. Si dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, los TDAH tropezamos no dos veces, sino veinte, sin importar cuán buena sea la intención o cuánto daño nos haga fracasar de nuevo.
  • No tenemos lenguaje interno: Cuando se creó el mundo y repartieron los libros de instrucciones para organizarse mentalmente, a los TDAH nos tocó la página en noruego defectuosa de imprenta. Por ejemplo, si la trama de una película es muy compleja y en algún momento dado no nos queda bien claro lo que está pasando, es muy posible que perdamos el hilo y la película termine cuando nos parece que todavía quedan cabos sueltos. ¿Con quién se casó al final el rubio? ¡¿Pero no se fueron a Wisconsin?! Esto puede resultar gracioso, y siempre está bien tomárselo con humor y no fomentar el drama, pero cuando se trata de hacer una gestión de cierta complejidad -incluso siendo un nivel de complejidad que cualquier persona consideraría fácil-, intentar organizar mentalmente la información, ya sea para hacer un informe, para explicárselo a otra persona, para hacer un resumen, o sencillamente para acordarse al día siguiente, puede traerle a uno de los nervios hasta el punto de no poder soportar el estrés. Y recordemos: No es uno un blandengue, un tonto, un inútil, un despistado… Realmente hay funciones cerebrales que no están cumpliendo con su labor. Es como intentar encender una lámpara: Si no hay filamento dentro de la bombilla, ya se te puede hinchar la vena de la frente todo lo que te dé la gana.
  • Control del paso del tiempo: Ayer mientras leía el artículo de Rocío Mayoral, intentaba explicarme esto a mí mismo de forma sencilla, y creo que puede resumirse de esta manera: Imagínate que tienes una caja grande de cartón (que es el tiempo que dispones a lo largo del día) y tienes que meter dentro distintas piezas, de diversas formas y tamaños (que son las tareas que debes hacer ese día, tu tiempo de ocio, tu tiempo de estudio, la jornada de trabajo, etc). Pues bien: A los TDAH en vez de una caja de cartón tenemos un cono de tráfico y en lugar de piezas de distintas formas, tenemos pompas de jabón. Complicado hacer encajar nada con nada, ¿verdad? Evidentemente, el tiempo transcurre igual para todo el mundo, pero esta alteración ejecutiva de los TDAH hace que nosotros apreciemos esa realidad distorsionada. Así, a un TDAH puede darle la impresión de que tal vez le dé tiempo a hacer algo a ultimísima hora cuando es evidente que le resultará imposible, del mismo modo en que se nos puede pasar increíblemente rápido cierto espacio de tiempo (una mañana, un fin de semana…), sentirnos invadidos por una sensación de prisa que no podemos comprender… y cuando finaliza ese lapso de tiempo, nos cuesta comprender en qué hemos invertido todo ese tiempo en realidad. Podemos hacernos cierta idea con un poco de esfuerzo, pero en términos generales no lo sabemos y si alguien nos pide explicaciones de qué hemos hecho durante todo ese tiempo, no se trata de poner excusas o de huir de nuestras responsabilidades: Las funciones ejecutivas del cerebro no han cumplido con su misión y no sabemos qué hemos estado haciendo. O mejor dicho, no sabemos cuánto tiempo hemos dedicado a cada cosa ni, probablemente, en qué orden.
  • Baja tolerancia emocional: De lo peor que puede pasarle a alguien con Déficit de Atención es que se le trate como si fuera inútil, o un vago, o un torpe, un descuidado… Tal vez las personas con TDAH somos quienes más cuidado tenemos siempre, pero aun así cometemos torpezas, y nos sentimos muy angustiados, estresados e impotentes cuando se nos echa en cara. Por supuesto, esto no debe ser utilizado como excusa: “Si soy un completo inútil, lo achaco al TDAH y ya está”. Eso no está bien, del mismo modo que tampoco está bien para quienes nos rodean acusarnos de ser unos desastres porque nos da la gana, por pereza, o que el TDAH se activa en ciertos momentos del día o sólo para ciertos asuntos. Cuando se echa en cara a un TDAH que puede tener problemas para recordar la lista de la compra pero no para estudiar matemáticas, o cuando se le recrimina que se agobie al hacer crucigramas pero no para completar las tareas (o viceversa), es porque no se ha comprendido en qué consiste el trastorno. Estas acusaciones de torpeza, vagancia, desinterés, etc. no ayudan en absoluto. Al contrario, disparan el estrés.
Como bien dice el artículo, una persona con TDAH puede ser muy inteligente (algunas personalidades de gran éxito, incluídos algunos considerados genios, lo padecen), pero no sabemos cómo poner en práctica esas aptitudes. Así que se marcan algunas pautas a seguir por parte de quienes estáis a nuestro lado, ya que buena parte del éxito y la autoestima de una persona con TDAH depende del apoyo que recibe de quienes le rodean. Por ejemplo:
  • Tu cerebro retiene la información con Super Glue. Mi cerebro la retiene con pegamento cutre de los chinos: Ayúdame a organizar mis pensamientos. Repasa conmigo las cosas de las que debo acordarme, su orden, explícame cómo priorizar de forma efectiva y de forma que yo comprenda de forma razonada y lógica por qué es mejor organizarme así. No es que un TDAH sea tonto y no sepa priorizar: Comprendemos los valores, las necesidades, lo que es urgente y lo que no, pero a la hora de organizar esas tareas y ponernos manos a la obra, nos sentimos perdidos.
  • Para mí, aprender de los errores del pasado no es un proceso automático: No dudes ponerme un post-it en la pantalla del ordenador, no me pongas las cosas cada día en un sitio diferente, no me pidas que te ayude de forma contradictoria (cambiando de lógica de un día para otro), hagamos que la lista de la compra sea cosa de dos, no me cambies una rutina una vez me he acostumbrado a ella, etc.
  • Cuando me veas agobiado, ayúdame a establecer un orden mental: ¡Para > Piensa > Decide! Sé que es algo que debo hacer para no agobiarme absurdamente, pero no siempre consigo hacerlo por mí mismo y un simple recordatorio, o ver algo con lo que pueda asociar esa idea, puede ser muy útil.
  • Salir a la calle a hacer siete recados puede estar fuera de mis límites de complejidad: No te impacientes o me tildes de vago si hago una parte ahora y dejo lo demás para después, o para mañana, o si hago las cosas en un orden extraño que para tí no tiene sentido: A no ser que realmente suponga un peligro o algo así, deja que lo haga a mi manera; ¡al menos, eso significa que he dado con la forma de hacerlo sin distraerme demasiado! Recuerdo hace años cuando mi mujer me preguntaba por qué barro y friego cada habitación, en lugar de barrer todo y luego fregar todo… Los TDAH necesitamos parcelar todo lo que hacemos: Siempre preferimos hacer cinco cosas pequeñas que una cosa grande. No me digas que tengo que ir hasta el fin del mundo: Anímame a dar un paso más, y otro, y otro… que con esa motivación ya llegaré al fin del mundo a su debido momento (y te lo agradeceré).
  • Haz todo lo posible por no alterar los planes una vez se han establecido. En caso de haber un cambio de rutina, pregúntame si es mucha molestia, o si me importaría, o si me rompes mucho los planes, etc. Esto no significa que mis planes sean más importantes que los tuyos, faltaría más, pero abordar los cambios de esta forma me ayudarán a aceptarlos de buena gana sin tener la sensación de “mierda, tengo que volver a reorganizarme”. No te dejes engañar si parece que no tengo nada importante que hacer ese día: Recuerda que un TDAH tiene problemas para organizar todo su tiempo, no sólo sus responsabilidades más serias; el mero hecho de ir de visita cuando creía que irían al supermercado, o decidir jugar al fútbol cuando pensaba que jugarían al baloncesto, decidir a última hora que no van a salir de fiesta, o dedicar el domingo a tareas del hogar cuando esperaba pasarlo en el centro comercial, puede hacer que alguien con Déficit de Atención se empiece a estresar (y quiero recalcar lo de estresarse MUCHO) y necesite un tiempo para adaptarse mentalmente a la nueva situación. Avisa de los cambios con tiempo y de forma flexible, si te es posible.
  • No soy “lento”. No necesito más tiempo para hacer las cosas: Necesito ayuda externa para gestionar ese tiempo, y cualquier cosa parecida a relojes, cronómetros, temporizadores, agendas, aplicaciones de productividad para el móvil, o una tablet cargada de calendarios y organizadores son auténtico oro puro para mí.
  • Si me encargas algo, dame instrucciones claras y concisas y pídeme que te lo repita para asegurarte de que he atendido y te he comprendido. Si me estás hablando y está puesta la tele, hay música de fondo, gente a nuestro alrededor, etc, pregúntame si está claro, si te estoy entendiendo. Es muy posible que alguna distracción haya hecho que en algún momento perdamos el hilo, incluso cuando nos esforzamos en prestar toda la atención posible. En clase o en el trabajo, invítame a sentarme en primera fila, o de forma que la distracción sea la mínima posible. Si tengo que contar (dinero, objetos…) anímame a hacerlo en voz alta. Si necesito concentrarme mucho en una tarea, es posible que alguna musica muy relajante pueda ayudarnos a “enfocar” (pero ojo: Esta música relajante puede hacer que muchos TDAH se distraigan todavía más. No todos los TDAH somos iguales -ni todas las músicas tampoco- así que supongo que es cuestión de experimentar…) Hay expertos que dicen que no hay que poner música a un TDAH que intenta concentrarse, pero a veces es la única forma de que no prestemos tanta atención a la tele, a los coches que pasan, a los pájaros que cantan, a cómo sopla el viento…
  • Organización… también en pasado: Dado que los TDAH tenemos una impresión del tiempo diferente al resto de la gente, no sólo necesitamos organizar en futuro, sino también en pasado. Pregúntame si me he acordado de hacer tal cosa (y si no era demasiado importante o urgente, no te enfades si lo olvidé; los reproches ayudarán a hacerme sentir mal e impotente, NO que mañana sí lo haga). Hazme un seguimiento de cuando en cuando: “Hola, sólo llamaba para saludar. ¿Qué haces? ¿Ya irás camino de la estación, verdad?” Lo entendéis, ¿no? Si olvidé que tenía que ir a la estación, por un momento me sentiré mal por no haberme acordado pero por otro lado me sentiré agradecido por el recordatorio. Y si de hecho, sí me he acordado y  al recibir esa llamada voy camino de la estación, me sentiré orgulloso y satisfecho de haberme acordado por mí mismo y haber cumplido con esa tarea. Por eso nos resulta tan útil tener en el móvil, la tablet o el ordenador herramientas de productividad y listas en las que podamos, no sólo ver qué nos falta por hacer, sino también marcar lo que ya hemos hecho. Por cierto, eso me lleva a recomendar este siguiente punto:
  • Valora mis éxitos: Qué le vamos a hacer, los TDAH somos como un perrillo que mueve el rabo cuando le felicitas dándole una galleta. Si de verdad quieres que alguien con el Trastorno se sienta como el rey del mundo por un momento, valora positivamente cuando se acuerda de lo que ha hecho durante el día, cuando se presenta a tiempo a una cita, cuando se ha quitado de encima todas las tareas que tenía que hacer hoy (aunque a tí esas tareas te importen cuatro pepinos). No hace falta que organices una fiesta ni le trates como si fuera un niño pequeño: Un simple “¡guay!” es suficiente. Es la gasolina que nos hace seguir adelante con entusiasmo y satisfacción.
  • Habrá quien piense que los TDAH podemos ser maleducados, porque algo que nos caracteriza -a unos más que otros, según el grado de hiperactividad- es que solemos interrumpir a la gente,  meternos en conversaciones donde no pintamos nada, o “estar por medio”. Pido disculpas por ello, no pretendo justificarme, pero muchas veces los TDAH no nos damos cuenta en ese momento. Por eso, si vas conmigo a una reunión, a una fiesta, me acompañas a una entrevista de trabajo, o lo que sea, no tengas reparo en recordármelo: Sé educado, espera a que hable la otra persona, piensa no sólo en qué quieres decir, sino en cuándo lo puedes decir, no te pongas por medio, etc. Creo que alguna vez comenté en este blog que soy budista, de la tradición del Dalai Lama; dentro del budismo tibetano suele haber mucho protocolo, por lo que me siento muy cómodo en presencia de los lamas, en centros budistas, etc. No sólo por identificarme con ese ambiente, sino porque muchos TDAH tendemos a sentirnos más cómodos en ambientes establecidos donde está claro lo que uno debe o no debe hacer, y nos incomodan los ambientes en los que no sabemos a qué atenernos.
  • Si eres empresario, encargado o algo parecido y tienes a tu cargo a alguien con TDAH, déjale claras las pautas generales: Si es nuevo en la empresa, probablemente se sentirá mucho más tranquilo si sabe cosas como cuándo puede o no puede ir al baño, hasta qué punto tiene permitido mirar el móvil, si debería estar sentado o si puede moverse de cuando en cuando… Una persona cualquiera puede tener curiosidad por saber estas cosas, mientras que otras ni siquiera repararán en ello; por contra, algunas personas con TDAH podrían sentirse muy intranquilas si no saben bien a qué atenerse. Ten en cuenta que hay personas con el Trastorno que son o aparentan ser tímidas porque temen molestar (o parecer idiotas) si están todo el tiempo preguntando o pidiendo aprobación sobre cada cosa que hacen. Da tú el paso: Si sabes que esa persona tiene TDAH, se tú quien le diga “¿Cómo va esa tarea? Ah, muy bien”, “Buf, a ver si terminamos esto antes de que llegue el jefe a las cuatro”, o “Oye, estira las piernas diez minutos si quieres, ¿eh?” Un TDAH siempre agradecerá esta clase de indicaciones.
  • No todos los afectados por Déficit de Atención tienen hiperactividad, y ésta puede ser totalmente diferente en niños y en adultos. Mientras que un niño hiperactivo puede ser un completo infierno para quienes están con él, en un adulto esa misma hiperactividad se puede traducir en sentirse más a gusto de pie que sentado, o tardar mucho en coger la postura para dormirse, o estar “taca-taca-taca-taca” dale que te pego moviendo la pierna, o rascarse cada pocos segundos, o haciendo algún leve movimiento rítmico, o sencillamente con una sensación interior de inquietud aunque para el resto de la gente parezca estar tranquilo. Para esto hay muchas cosas que puedes animarle a hacer a alguien con el Trastorno, como teatro, yoga o -qué voy a decir yo siendo budista- la meditación. Las meditaciones más sencillas consisten en concentrarse sobre un objeto, ya sea una imagen mental o un objeto físico, vaciando la mente de todo lo demás, sin dejarse alterar por el resto del entorno o pensamientos. Cada vez hay más estudios científicos de alto nivel que avalan los beneficios de la meditación, por lo que pararse durante unos minutos quieto y en silencio, decirle a la mente que deje de cacarear y detenerse en el momento presente, puede ser algo muy beneficioso para un TDAH, no sólo por el bienestar mental que proporciona, sino también por los beneficios estrictamente cerebrales.
  • Anímame tú que a mí me da risa: Antes dije que cuando se repartieron los manuales de instrucciones de la mente, a los TDAH les tocó la versión defectuosa en noruego. Eso, evidentemente, no sólo hace que tengamos problemas a la hora de organizarnos, sino a la hora de establecer un diálogo interno. Hay quien dice que si pudieras escuchar lo que piensa un TDAH, sería como escuchar siete canales de televisión todos al mismo tiempo. No sé si siete… ¡pero tres o cuatro, sí! (Esto es variable según el caso y la antena de cada cual). Eso es lo que explica que a los TDAH nos cueste motivarnos a nosotros mismos. Supongamos que tengo que hacer sin falta una cosa importantísima, pero estamos solos sin nadie que nos lo recuerde o nos anime. Procrastinamos una y otra vez hasta que nos levantamos con ímpetu de la silla y pensamos: “¡Se acabó, lo voy a hacer de una vez por todas y lo voy a hacer ahora mismo!” …pero a los cinco minutos estamos con cara de pánfilo, porque parece ser que mirar cómo se están mojando bajo la lluvia aquellas dos palomas es más importante…
Tal vez lo peor de todo, al menos en mi caso personal, sea la frustración. Habrá quien piense: “Oye, pero si tienes este Trastorno y sabes todas estas cosas y estás tan bien informado, podrás darte cuenta y evitarlo, ¿no?” Parece algo lógico, pero volvemos al principio: Hay una disfunción ejecutiva. No soy “yo”, no es mi ánimo, no es mi estima, no son mis ganas, no es mi pereza… es una disfunción cerebral tan real y tan merecedora de consideración como la disfunción cerebral del esquizofrénico que oye voces, o la del obsesivo-compulsivo que es incapaz de dormir tranquilo si no ha frotado seis veces el grifo de la cocina con un paño azul. (Por cierto, hay un alto índice de personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo que también padecen TDAH, y viceversa). La frustración radica en que sabemos que el Trastorno está ahí, y nos damos cuenta de que, efectivamente, trastorna nuestro quehacer cotidiano, pero incluso viéndolo, tenemos enormes dificultados tanto para animarnos a nosotros mismos a hacer las cosas bien, como después para encajar nuestras torpezas. Por eso es tan útil que alguien a nuestro lado nos apoye y nos comprenda.
Así que como dice el artículo de la doctora Mayoral, “paciencia, ánimo y sobre todo, mucha constancia”. Eso por parte de quienes tenéis a alguien con el Trastorno cerca, junto con mucha comprensión, cariño y positivismo. Por parte de los afectados, “gracias, gracias y sobre todo, gracias” por vuestra comprensión y apoyo.
 

lunes, mayo 06, 2013

TDAH en adultos, todavía un problema invisible

Fuente: http://blogs.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/divan-digital/2011/11/28/tdah-en-adultos-todavia-un-problema-invisible-88387

TDAH en adultos, todavía un problema invisible

La hiperactividad en adultos es un problema con muy poca visibilidad social.
                                               
Hasta hace poco, el TDAH en adultos (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) era un gran desconocido. Durante mucho tiempo se pensó que los síntomas esenciales de este cuadro se presentaban únicamente en edad infantil pero en los últimos años sabemos que la realidad es otra. Un gran número de personas que padecieron el trastorno en su infancia, continúan manteniendo los síntomas esenciales hasta la vejez. Según Weiss, "el TDAH puede ser el trastorno psiquiátrico no diagnosticado más común en los adultos”.

En los últimos años se ha incrementado de manera considerable el número de estudios acerca de este tema y hoy sabemos con toda certeza que más del 50% de los niños que tuvieron TDAH en la infancia mantienen en la vida adulta los síntomas esenciales del cuadro.
¿Cómo reconocer el TDAH en la vida adulta?: La falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad son los síntomas distintivos de este trastorno, tanto en niños como en adultos. Pero con la edad muchas manifestaciones cambian de forma y con frecuencia todavía se les atribuye un origen equivocado como el estrés, el ritmo de vida intenso... La investigación establece que en la vida adulta, los síntomas principales del TDAH dan la cara principalmente en forma de: importante desorganización, problemas de atención y memoria, mala administración del tiempo, dificultades en la resolución de problemas, impulsividad e hiperactividad.
Y es que los adultos aquejados de este trastornosuelen presentar grandes dificultades para mantener la atención, incluso cuando se esfuerzan por hacerlo. Con frecuencia no recuerdan lo que acaban de leer o escuchar. Les cuesta organizarsey priorizar tareas y suelen ser muy olvidadizos. Pero, a diferencia de los niños, la hiperactividad motriz no suele ser incapacitante. No corren, ni saltan sin parar. Afortunadamente. Generalmente, ésta se manifiesta en forma de inquietud, con movimientos constantes de manos y pies y/o hablando sin parar. 
Otra de las características fundamentales de los TDAH se encuentra en su dificultad para inhibir impulsos y pensamientos. Es por eso que, a pesar de la edad, siguen metiendo la pata con frecuencia y toman decisiones importantes de manera precipitada e impulsiva, sin analizar las consecuencias. Dicen lo que piensan sin sopesar quién está delante y además presentan una escasa tolerancia a la frustración y muchas dificultades para esperar. 
Estas manifestaciones hacen que la vida de un adulto con TDAH sea  a veces muy difícil y más cuando, por si fuera poco, los estudios establecen que un 60-70% de ellos tiene algún riesgo de padecer dificultades sociales, trastornos de ansiedad, frustración e ira, trastornos afectivos, depresión, trastornos del sueño, u otros debidos a la falta de control (conducta antisocial, trastornos compulsivos, abuso de sustancias o accidentes de tráfico). 
Las ‘ventajas’ del TDAH 
Sin embargo, no solo poseen áreas vulnerables. También gozan de cualidades muy positivas que a veces olvidamos y que hay que fomentar por encima de todo porque desde ellas puede cimentarse el éxito de su vida futura. Muchos son inteligentes, creativos, divertidos y realizan actos elogiosos. Algunos son muy queridos o incluso el alma de su grupo. 
Pero de lo que no cabe duda es que la vida con ellos es muy intensa y quererlos supone un gran reto. Más cuando son adultos y no los entendemos, ni gozamos de autoridad para controlarlos, pues nos obligan a estar en permanente alerta.
Por eso poder hablar hoy de la existencia de TDAH en adultos supone un gran avance, un alivio y una luz para muchas personas aquejadas del trastorno y para sus familias, que hasta ahora se enfrentaban a un problema muchas veces invisible. Por suerte, en la actualidad contamos con profesionales ampliamente preparados para un diagnóstico certero y una intervención eficaz. 
¿Cómo ayudarles? Esta afectación tiene una contrastada base biológica y la medicación con estimulantes ha demostrado ser, también en los adultos, una pieza clave en la mejora de la sintomatología esencial del cuadro. 
Sin embargo, todos los estudios coinciden en establecer que el tratamiento más efectivo es aquél que combina la medicación con una intervención psicológica orientada al desarrollo de habilidades conductuales, cognitivas, sociales, y emocionales que ayuden a controlar los síntomas y los posibles trastornos asociados. S. Young y J. Braham, profesoras del KingsCollege de Londres, fueron pioneras en el desarrollo de un modelo de intervención global para el TDAH en adultos cuya eficacia hoy se encuentra ampliamente contrastada. 
No obstante, además de la medicación y la intervención, todos los estudios avalan que la familia constituye una delas piezas clave de la recuperación. Pero en su importante función, necesitan conocimiento y sobre todo mucha ayuda para orientar, contener y estimular a sus seres queridos y, sobre todo, para no desfallecer con ellos. 
Por todo lo señalado debemos ser positivos. El diagnóstico y la intervención del TDAH son cada vez más tempranos. Gracias a ello, y aunque es un trastorno crónico, es posible que en un futuro muchos de los que trabajaron en la infancia lleguen a la vida adulta con los síntomas esenciales muy controlados y grandes posibilidades de una vida plena. Existen muchos casos de niños que lucharon incansablemente con ayuda de padres y profesionales y que hoy afrontan la vida adulta con amplias posibilidades de éxito. Sin embargo, todavía existen muchos adultos de nuestra generación que no fueron diagnosticados en edad infantil y a los que aún no se les ha ocurrido buscar la causa de sus males en esa dirección. 
Aún queda mucho por hacer. El TDAH en adultos todavía está infradiagnosticado y por ello, mal comprendido e incorrectamente tratado. Ante la sospecha es determinante acudir a profesionales que confirmen el diagnóstico y coordinen el tratamiento. Pero queda un gran reto: reconocer los síntomas y, mucho más difícil, sobre todo para los adultos... pedir ayuda.
 

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Entradas populares

¿Qué es el TDAH?

Se trata de un trastorno de origen neurobiológico y que puede presentar 3 síntomas: •Déficit de Atención. •Hiperactividad. •Impulsividad. DEFICIT DE ATENCIÓN •Dificultades para mantener la atención concentración. •Parece que no escucha. •No siguen instrucciones. •No termina actividades. •Dificultades para organizar tareas. •Dificultades para retener datos y órdenes. •Extravían objetos. •Evitan esfuerzo mental. •Se distraen. •Descuidados en actividades diarias y actividades académicas. HIPERACTIDAD •Se remueve en su asiento. •Abandona su asiento. •Corren, saltan en situaciones inapropiadas. •Dificultades para dedicarse a actividades tranquilas. •Siempre en movimiento. •Necesidad de cambiar de actividad continuamente. •Hablan en exceso. •Propensos a los accidentes. •Dificultades en la coordinación motora. IMPULSIVIDAD •Actúan antes de pensar. •Precipitan respuestas. •Dificultades para guardar turnos. •Interrumpen actividades o conversaciones. •Dificultades para medir las consecuencias de sus actos. Afecta entre un 3-7% de la población infanto-juvenil.

TDAH: lo que los padres deberían saber

TDAH: lo que los padres deberían saber ¿Qué es el TDAH? Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, TDAH (ADHD en inglés) es el nombre que se le da a un grupo de comportamientos que muchos niños y adultos presentan. Las personas que padecen TDAH tienen dificultad para prestar atención en el colegio, en la casa o en el trabajo. Pueden ser mucho más activas o impulsivas de lo que es usual para su edad. Estos comportamientos contribuyen a causar problemas significativos en las relaciones, en el aprendizaje y en el comportamiento. Por esta razón, los niños que tienen TDAH algunas veces son vistos como niños difíciles o que tienen problemas del comportamiento. El TDAH es más frecuente en los niños que en las niñas. Usted puede estar más familiarizado con el término trastorno por déficit de atención, TDA (ADD en inglés). La Asociación estadounidense de psiquiatría (American Psychiatric Association, APA) cambió el nombre de este trastorno en 1994. ¿Cuáles son los síntomas del TDAH? El niño con TDAH que es desatento tendrá seis (6) o más de los siguientes síntomas: •Le cuesta trabajo seguir instrucciones •Tiene dificultad para mantener su atención fija en actividades de trabajo o de juego en el colegio y en la casa •Pierde las cosas necesarias para realizar actividades en el colegio y en la casa •Parece como que no escucha con atención •No le presta atención a los detalles •Parece desorganizado •Tiene dificultad con las cosas que requieren planeación •Olvida las cosas •Se distrae con facilidad El niño con TDAH que es hiperactivo o impulsivo tendrá al menos seis (6) de los siguientes síntomas: •Es inquieto •Corre o se trepa inadecuadamente •No puede jugar en silencio •Responde de forma intempestiva •Interrumpe a las personas •No puede quedarse sentado •Habla demasiado •Siempre se está moviendo •Tiene dificultad para esperar su turno Los niños que tienen TDAH presentan síntomas durante al menos seis (6) meses. ¿Qué debo hacer si pienso que mi niño tiene TDAH? Hable con el médico de su niño. Un diagnóstico de TDAH puede hacerse solamente obteniendo información acerca del comportamiento de su niño por parte de varias personas que conozcan al niño. Su médico le hará preguntas y querrá obtener información de los maestros de su niño o de cualquier persona que esté familiarizada con el comportamiento de su niño. Su médico puede tener formas o listas para chequear, que usted y el maestro de su niño pueden completar. Esto lo ayudará a usted y a su médico a comparar el comportamiento de su niño con el de otros niños. Su médico probablemente querrá hacer exámenes de la vista y de la audición si es que estos no se le han hecho recientemente. Su médico le puede recomendar que pruebe un medicamento para ver si esto ayuda a controlar el comportamiento hiperactivo de su niño. Una prueba con el medicamento solamente no puede ser la base para diagnosticar el TDAH. Sin embargo, puede ser una parte importante de la evaluación de su niño en caso de sospecharse el TDAH. Puede ser difícil para su médico saber si su niño tiene TDAH. Muchos niños que tienen TDAH no son hiperactivos en el consultorio del médico. Por este motivo, es posible que su médico quiera que usted vea a alguien que se especialice en ayudar a niños con problemas de comportamiento, tal como un psicólogo. ¿Cuáles son las causas del TDAH? Los niños que tienen TDAH no producen suficientes substancias químicas en áreas claves del cerebro que son responsables de organizar el pensamiento. Sin tener una cantidad suficiente de esas substancias químicas, los centros del cerebro que se encargan de la organización no funcionan bien. Esto da lugar a los síntomas en los niños que tienen TDAH. Las investigaciones muestran que el TDAH es más común en niños que tienen parientes cercanos con este trastorno. Investigaciones recientes también han asociado el uso del cigarrillo y de otras substancias de abuso durante el embarazo, con el TDAH. La exposición a toxinas del medio ambiente, tales como plomo, también puede ser un factor. Cosas que no causan el TDAH: •Una mala crianza; no obstante, una vida familiar y un ambiente escolar desorganizados empeoran los síntomas. •Demasiada azúcar •Muy poca azúcar •Aspartamo (un nombre de marca: Nutrasweet) •Alergias a los alimentos u otras alergias •Falta de vitaminas •Luces fluorescentes •Ver demasiada televisión •Los juegos de vídeo ¿Qué medicamentos se usan para tratar el TDAH? Algunos de los medicamentos para el TDAH son metilfenidato, dextroanfetamina, atomoxetina y un fármaco que combina dextroanfetamina y anfetamina. Estos medicamentos mejoran la atención y la concentración, y disminuyen los comportamientos impulsivos y de excesiva actividad. También se pueden usar otros medicamentos para tratar el TDAH. Hable con su médico para ver qué tratamiento él o ella le recomienda. ¿Qué más puedo hacer para ayudar a mi niño? Un esfuerzo en equipo por parte de los padres, profesores y médicos trabajando en conjunto es la mejor manera de ayudar a su niño. Puede ser difícil criar a los niños que tienen TDAH. Es posible que tengan dificultad para comprender instrucciones, y el estado de actividad constante puede constituir un desafío para los adultos. Además, los niños que tienen TDAH tienden a necesitar más estructura y expectativas más claras. Usted puede tener que cambiar su vida un poco para ayudar a su niño. He aquí algunas cosas que usted puede hacer para ayudar: •Haga un horario. Fije horas específicas para levantarse, comer, jugar, hacer tarea, hacer quehaceres, mirar televisión o jugar juegos de vídeo, y para acostarse. Ponga el horario donde el niño siempre lo pueda ver. Explíquele anticipadamente cualquier cambio en la rutina. •Simplifique las reglas de la casa. Es importante explicar lo que pasará cuando se cumplan las reglas y cuando no se cumplan éstas. Escriba las reglas y las consecuencias de no obedecerlas. •Asegúrese de que sus instrucciones son comprendidas. Haga que su niño le preste atención y háblele mirándolo directamente a los ojos. Luego, con voz clara y calma, dígale al niño específicamente lo que usted desea. Mantenga las instrucciones simples y cortas. Pídale al niño que le repita las instrucciones a usted. •Premie el buen comportamiento. Felicite a su niño cuando él o ella complete cada paso de una tarea. •Asegúrese de que su niño sea supervisado en todo momento. Debido a que son impulsivos, los niños que tienen TDAH pueden necesitar más supervisión por parte de los adultos que otros niños de la misma edad. •Observe a su niño cuando él o ella esté alrededor de sus amigos. A veces resulta difícil para los niños que tienen TDAH aprender habilidades sociales. Premie el buen comportamiento durante el juego. •Fije una rutina para hacer las tareas. Escoja un lugar fijo para hacer la tarea lejos de distracciones tales como otras personas, televisión y juegos de vídeo. Divida el tiempo para hacer tarea en sesiones cortas y permita descansos. •Concéntrese en el esfuerzo y no en las calificaciones. Premie a su niño cuando él o ella trata de terminar la tarea escolar, no solamente por sacar una buena calificación. Usted puede dar premios adicionales por obtener mejores calificaciones. •Hable con los maestros de su niño. Averigüe cómo le está yendo a su niño en el colegio, en la clase, en el recreo y en la hora de la comida del mediodía. Pida que los maestros le den notas sobre el progreso diario o semanal. Algunos niños se benefician del asesoramiento psicológico o de la terapia estructurada. Puede resultar beneficioso para las familias hablar con un especialista en el manejo del comportamiento y los problemas de aprendizaje relacionados con el TDAH. Algunos estudios han demostrado que algunos colorantes y conservantes de alimentos pueden causar o empeorar el comportamiento hiperactivo en algunos niños. Hable con su médico para saber si necesita realizar algún cambio en la dieta de su niño. ¿Mi hijo va a superar el TDAH? Antes solíamos pensar que los niños superarían el TDAH. Sabemos que esto no es cierto en la mayoría de los niños. Los síntomas del TDAH con frecuencia mejoran a medida que los niños crecen y aprenden a adaptarse. La hiperactividad generalmente desaparece en los años de la adolescencia tardía. Pero cerca de la mitad de los niños que tienen TDAH continúan distrayéndose con facilidad, teniendo cambios en el humor, siendo malhumorados y son incapaces de completar tareas. Los niños que tienen padres afectuosos que les brindan apoyo y que trabajan conjuntamente con el personal del colegio, con los trabajadores de salud mental y con el médico tienen la mejor probabilidad de convertirse en adultos bien adaptados. Fuente: http://familydoctor.org/online/famdoces/home/children/parents/behavior/118.html

NOTA

LO QUE AÚN NO SE HA CONSEGUIDO

Entorno adecuado. Aunque se sitúa a los alumnos en las primeras filas y los tutores encargados de vigilar los exámenes saben de qué alumnos se trata, las pruebas aún se hacen en aulas demasiado pobladas, cuando estos estudiantes rendirían más en clases más reducidas. Distribución diferente de las pruebas. Los expertos recomiendan que los alumnos con TDAH puedan combinar las pruebas en función de su dificultad, es decir no hacer el mismo día lengua y matemáticas. De momento, tienen que seguir el orden establecidos: el primer día se concentran todas las de las áreas lingüísticas. Modificación del estilo de evaluación. Desde la Fundación ADANA se pide que no tengan que hacer un sobreesfuerzo narrativo en las respuestas de los exámenes, por eso piden preguntas abiertas y otras de opción múltiple. Evaluación. Este es el aspecto más importante de las demandas: las familias afectadas reclaman que la evaluación la realicen personas conocedoras del trastorno, sus repercusiones lingüísticas y dificultades para ordenar ideas.

PRUEBAS DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD

Adaptaciones de acceso JUSTIFICACIÓN El TDAH es un trastorno de ejecución, de rendimiento, no de aprendizaje (Barkley 2005). Son alumnos con verdaderas dificultades para trabajar con lo que saben o han aprendido anteriormente lo que se refleja a la hora de demostrar los conocimientos adquiridos en el momento de ejecutar una prueba. Sus principales dificultades son: 1.- Capacidad atencional mermada ante una tarea compleja y larga, lo que repercute en dificultades para estructurar, organizar y planificar la información. 2.- Pocas habilidades lingüísticas de narración escrita. 3.- Cometen errores durante los exámenes a la hora de identificar las ideas relevantes y expresarlas de forma ordenada. El discurso es pobre, desorganizado, exento de aspectos importantes y con interferencias no relevantes. 4.- La impulsividad provoca la precipitación en las respuestas, dedicar poco tiempo a los aspectos importantes y demasiado a los detalles. PROPUESTA DE ADAPTACIONES PARA ALUMNOS CON TDAH ESPACIO Y TIEMPO * Aulas reducidas: proporcionar un espacio o entorno adecuado que facilite la atención (para disminuir los estímulos distractores). * Respetar el tiempo que el alumno necesita para realizar la prueba. * Marcadores de tiempo: Hacer recordatorios durante la prueba del tiempo que queda. * Descansos: Dividir las pruebas en partes y hacer pequeños descansos entre prueba y prueba (cansancio y sobreesfuerzo provoca que cometan errores y mala presentación). DISTRIBUCION DE LAS PRUEBAS * Modificar el orden establecido de la aplicación de las pruebas para que se puedan combinar en función de su dificultad. SUPERVISION * Antes de empezar la prueba, leer en voz alta el examen y verificar que el alumno entiende las preguntas. * Permitir en cualquier momento el acceso a las instrucciones. * Recordar al alumno que revise el examen antes de entregarlo y supervisar que ha respondido todo antes de que entregue la prueba. * Si no consigue centrarse en la prueba, guiarlo para ayudarle a reconducir la atención. FORMATO * Intentar que el enunciado sea sencillo y concreto. * Destacar las palabras clave en negrita * Evitar dar más de una instrucción a la vez. * Combinar diferentes formatos de preguntas en una misma prueba: combinar preguntas abiertas y de opción múltiple. * Preguntas abiertas: ofrecer una guía de la estructura. * En las preguntas de respuesta corta dejar el espacio aproximado para responder. SISTEMA DE CORRECCION Tener en cuenta el trastorno a la hora de corregir los exámenes y no perder la perspectiva de dificultad. Los alumnos con TDAH deberían ser evaluados por personas con conocimientos sobre el trastorno para poder distinguir si nos encontramos ante un alumno con TDAH que no dispone de los conocimientos, de otro que presenta serias dificultades para demostrar lo que sabe. STILL - Asociación balear de padres de niños con TDAH stilltdah@yahoo.es www.still-tdah.com Telf. 97 149 86 67 – Columba Suinaga