Dr. Cesar Soutullo, Director de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente, Clínica Universitaria de Navarra,
martes, julio 19, 2011
Diez Mitos sobre el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad que interfieren con la mejoría
Dr. Cesar Soutullo, Director de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente, Clínica Universitaria de Navarra,
Hay muchos mitos sobre el TDAH, la gente opina sin saber, y todos “saben” cómo cambiar el comportamiento descontrolado del niño. Generalmente la familia, amigos y profesores tienden a culpar consciente o inconscientemente a los padres. Esto es una defensa natural ante una situación difícil del niño. Lo lógico es buscar la respuesta en un problema de los padres o de la familia. Con éste breve artículo pretendemos aclarar algunos de estos falsos mitos. Nuestro objetivo es reducir el estigma del TDAH y favorecer su reconocimiento y detección precoz. Así podremos prevenir y evitar que los niños sufran los síntomas durante años antes de recibir un diagnóstico correcto y el tratamiento que está disponible. El tratamiento del TDAH es muy seguro y eficaz y lo apoyan muchos estudios científicos.
Mito 1:
El TDAH es culpa de los padres y su diagnóstico es poco fiable
El TDAH es un trastorno psiquiátrico del cerebral, su origen es biológico, con transmisión genética (con una heredabilidad del 75%), que afecta la capacidad del niño, adolescente o adulto de 1) regular su nivel de actividad, por lo que tienen hiperactividad, 2) inhibir o frenar sus ideas, pensamientos o comportamiento, por lo que tienen impulsividad, y 3) prestar atención a las acciones que realizan, por lo que tienen inatención. En niño con TDAH tiene gran dificultad o incapacidad para prestar atención y concentrarse, un nivel alto de actividad inadecuado para su edad, se distrae muy fácilmente y es muy impulsivo. El TDAH no es culpa de los padres, aunque a veces los padres no entienden los síntomas, se echan ellos la culpa, e intentan controlar al niño de formas no eficaces. La fiabilidad del diagnóstico es muy alta, y la presentación es bastante similar en diferentes culturas. Al igual que la diabetes o el asma, el TDAH se presenta de forma similar en EE.UU., en España, en el resto de Europa, en Latinoamérica, en China, etc. Hay asociaciones de padres de niños con TDAH en todo el mundo, y los padres describen los mismos síntomas en los niños que producen los mismos problemas. Los padres no deben aceptar nunca que nadie les culpe de la enfermedad de su hijo, como tampoco se deben culpar si su hijo tiene diabetes o epilepsia. Aunque algunas de estas cosas no ayudan, el TDAH no se produce por desacuerdos entre los padres, ni siquiera por separación o divorcio, ni por estar viudos o solteros, ni por el nacimiento de un hermano menor, ni porque la madre o el padre se ponga a trabajar, ni porque el padre o la madre trabajen mucho y pasen poco tiempo en casa, ni por cambiarle de colegio, ni por cambiar mucho de casa, ni por tener niñera, ni porque le cuiden los abuelos…Todas estas cosas suceden, y a veces coinciden en el tiempo, pero no tiene relación de causa-efecto con el TDAH, ni con la miopía, ni con la diabetes, ni con la epilepsia, ni con la varicela. No se culpe por la enfermedad de su hijo y no deje que nadie le culpe.
Mito 2:
El TDAH es una enfermedad nueva, y sólo existe en EE.UU., es un invento.
El TDAH fue descrito ya en 1865 por el Alemán Hoffman en el cuento Der Struwwelpeter y en 1902 por el Inglés Still y por el Español Rodríguez-Lafora. Inicialmente se llamó Disfunción Cerebral Mínima, luego (1950) Síndrome Hipercinético, más tarde (1960) Síndrome del Niño Hiperactivo o Reacción Hipercinética de la Infancia, y más recientemente (1980) se cambió el nombre a Trastorno por Déficit de Atención (con o sin Hiperactividad) (TDA con H, TDA sin H). Desde 1994 se llama TDAH, con tres subtipos: combinado, inatento e hiperactivo-impulsivo. Aunque el nombre ha ido cambiando según hemos ido sabiendo más sobre el trastorno, la entidad clínica TDAH está descrita desde hace más de 140 años, ¡¡desde la época de la Reina Isabel II en España, literalmente, desde antes de la Guerra de Cuba!!, no es algo nuevo ni mucho menos. La frecuencia es similar en todo el mundo, entre el 2 y el 6% según diferentes estudios. Los padres no vienen el psiquiatra por capricho, sino porque el niño tiene problemas serios en casa, en el colegio, con su rendimiento escolar, con su funcionamiento social, y con su control de impulsos.
Mito 3:
Los síntomas de TDAH son leves, se trata de una enfermedad falsa, fruto del poco aguante de los padres de hoy, del perfeccionismo y la exigencia excesivas.
El TDAH tiene un efecto muy negativo sobre el niño que lo padece. A largo plazo, y si no se trata correctamente, reduce seriamente el rendimiento académico del niño y desemboca en fracaso escolar, generando abandono de los estudios o repetición del curso. Si pasan curso no dominan la materia anterior y la base de conocimientos del niño se hace cada vez más endeble. Además afecta el desarrollo social y emocional del niño. Debido a los múltiples problemas en las relaciones con los compañeros por su impulsividad, los niños con TDAH tienden a tener pocos amigos, poco duraderos, y las relaciones son menos estrechas. Por los fracasos repetidos en el colegio, las discusiones con los amigos y con los padres por malas notas y mal comportamiento, son frecuentes los síntomas depresivos e incluso la depresión en los niños con TDAH. Los niños con TDAH no tratado desarrollan con frecuencia comportamientos negativistas: desobediencias progresivas, desafío a la autoridad y poco a poco problemas de conducta mayores, e incluso abuso de alcohol y drogas (especialmente porros). No es un trastorno “cosmético”, fruto del perfeccionismo de la sociedad. Los niños con TDAH que no reciben tratamiento correcto suelen alcanzar trabajos o profesiones por debajo de su capacidad. También son más susceptibles de tener otros problemas si no se les trata adecuada y tempranamente, como mayor tasa de embarazos en edades tempranas, mayor tasa de abuso de sustancias, menor tasa de retención de un trabajo, y menor progresión laboral.
Mito 4:
El TDAH sólo afecta a niños y desaparece en el adolescente
Es cierto que algunos síntomas de hiperactividad disminuyen con la edad, transformándose en movimientos más finos (mover el pie, dar golpecitos...). Sin embargo, la inatención y especialmente la impulsividad permanecen en adolescentes y adultos. Las estimaciones de los padres y personas que viven con el paciente son más precisas que las del paciente, que a veces minimiza sus síntomas. Se estima que la tercera parte de los niños con TDAH dejará de tener TDAH antes de la adolescencia, la tercera parte dejará de tener TDAH antes de la edad adulta, y la tercera parte seguirá teniendo TDAH de adultos. Pero como hemos indicado, aunque algunos ya no cumplen criterios completos de TDAH, siguen teniendo síntomas que les afectan, por lo que cada vez más se considera al TDAH como un problema crónico que requiere manejo a largo plazo.
Mito 5:
El TDAH sólo afecta a los niños y no a las niñas.
Las niñas con TDAH suelen pasar desapercibidas con más facilidad, porque tienen menos hiperactividad y menos oposicionalidad. Comparadas con los niños tienen menos comorbilidad con trastorno negativista desafiante, trastorno de conducta, del aprendizaje y depresión, pero más trastornos de ansiedad. El problema es que como pasan desapercibidas, a veces no tienen problemas en el rendimiento escolar hasta la secundaria, en edades de 11 a 15 años. Si el médico es demasiado rígido con los criterios diagnósticos, puede decir que como no ha tenido problemas antes de los 7 años no tiene TDAH. A veces hemos visto a estas chicas en la consulta a los 17-18 años, y a pesar de llevar tanto tiempo con un rendimiento muy por debajo de su capacidad, mejoran mucho con medicación. Por eso les digo a los padres que nunca es demasiado tarde para empezar a mejorar.
Mito 6:
El TDAH lo debe diagnosticar y tratar primero el neurólogo o neuropediatra, y si no mejora, entonces el psiquiatra infantil.
Un diagnóstico correcto y temprano es el primer paso para un buen manejo del TDAH y para prevenir sus complicaciones. Generalmente son los padres, profesores, psicólogos escolares, pedagogos, o pediatras los que primero sospechan un posible TDAH en un niño que tiene síntomas o problemas. Un pediatra con experiencia y formación puede hacer un diagnóstico inicial e incluso iniciar un tratamiento. Generalmente es un especialista en TDAH (psiquiatra del niño y del adolescente, neuropediatra, psiquiatra, o psicólogo clínico) el que hará un diagnóstico definitivo. Una vez realizado el diagnóstico, el médico y su equipo diseña un plan de tratamiento que puede incluir la participación de un psicólogo clínico, pedagogo, profesor de apoyo, y otros profesionales para realizar parte del tratamiento. Siempre que se sospeche un TDAH debe existir una evaluación por un médico experto en el diagnóstico y tratamiento de niños con este problema. El psiquiatra infantil y adolescente es un médico que puede ayudar a los padres y al niño. Debe verse como un experto en el TDAH al que los padres consultan para poder tomar mejor las decisiones médicas que afecten al niño. Lo mejor es buscar un psiquiatra con el que los padres se sientan cómodos. Primero porque tenga una calidad técnica reconocida, y luego porque sea capaz de hacerse entender y de ser cercano a las necesidades de los padres. Si el psiquiatra no escucha a los padres o les hace sentir culpables por los problemas del niño les recomiendo que busque a otro más adecuado.
Mito 7:
El Tratamiento del TDAH deber ser primero sin medicación, y si no mejora se puede usar medicación, porque los fármacos son peligrosos.
El tratamiento del TDAH debe incluir 3 partes: 1) entrenamiento a los padres sobre el TDAH y cómo manejar aspectos de la conducta del niño, 2) apoyo y adaptación a nivel escolar, y 3) además es imprescindible un tratamiento médico con una medicación que ayude a mejorar los déficits en neurotransmisores en algunas zonas del cerebro. El tratamiento del TDAH no debe ser nunca solamente dar la medicación, pero ésta es imprescindible en la inmensa mayoría de los casos.
Cuanto más sepan, lean y pregunten los padres sobre el TDAH mejor podrán ayudar a su hijo. Deben buscarse un médico para que evalúe y trate al niño, un médico que sea experto en niños con TDAH y que tenga tiempo y paciencia para seguir al niño a lo largo de su enfermedad. Un médico que esté disponible. Además los padres pueden: 1) definir reglas claras de consecuencias y premios para ciertos comportamientos; 2) ayudar al niño a terminar una tarea o encargo dividiéndolo en pasos menores; 3) aumentar la estructura y el orden de la casa; 4) establecer rutinas estables y predecibles para organizar el tiempo; 5) eliminar ruidos y distracciones; 6) modificar la conducta del niño; 7) motivarles, y 8) aumentar la disciplina haciéndo que el niño sufra las consecuencias de saltarse las normas.
Hay varios tipos de medicinas que han demostrado su eficacia en el TDAH aprobadas para su uso: los estimulantes (en España Metilfenidato: Rubifén®, Concerta® y Medikinet®; fuera de España también Dextro- metilfenidato, dextroanfetamina y mezcla de sales de anfetamina). Estas medicinas actúan principalmente sobre la dopamina. También ayudan las medicaciones no estimulantescomo atomoxetina (Strattera®) con efecto principalmente sobre la noradrenalina. Estas medicaciones son todas de primera elección en la mayoría de las guías clínicas basadas en la evidencia elaboradas por expertos. La elección de una u otra medicación debe hacerse de forma individualizada. En todo tratamiento con medicación hay una fase inicial para alcanzar una dosis adecuada, una fase de mantenimiento, donde la respuesta adecuada inicial se ha alcanzado, y una fase de perfeccionamiento, donde se hacen retoques y se atienden problemas emergentes, o nuevos síntomas. La colaboración entre el médico y los padres es esencial en las tres fases.
Mito 8:
Es mejor no dar medicación al niño y usar psicoterapia u otros abordajes no farmacológicos
La psicoterapia que ayuda al niño con TDAH es el entrenamiento de los padres sobre los síntomas del TDAH, y sobre cómo controlar y manejar mejor el comportamiento del niño. La psicoterapia psicoanalítica no funciona en el TDAH, tampoco la terapia de juego, ni el entrenamiento cognitivo para “mejorar” la concentración, memoria o atención. También es muy útil el apoyo escolar, con técnicas de estudio, remediando las dificultades del niño, intentando recuperar las áreas en las que tenga especial dificultad o retraso respecto a sus compañeros.
Hay muchos mitos sobre métodos mágicos que pueden mejorar el TDAH pero que no tienen ninguna base científica. Estos “tratamientos” se suelen ofrecer en consultas privadas con gran coste de tiempo y dinero para los padres, y sensación de fracaso para el niño. No existe evidencia de que métodos como oir música de diferentes tonos para reeducación auditiva sirva para nada, como mucho puede relajar al niño, pero se obtiene el mismo efecto comprando un disco y oyéndolo en casa. Tampoco los ejercicios de entrenamiento y reeducación de la lateralidad cruzada ni el biofeedback de EEG son útiles. Las dietas sin azúcar y sin colorantes no curan el TDAH. Los tratamientos homeopáticos como agua magnetizada, hierbas de diferentes tipos, acidos grasos Omega-3 tampoco han demostrado eficacia. Algunas hierbas, aunque sean naturales, pueden ser peligrosas (no confundir natural con inofensivo). No por ser naturales, estos remedios son buenos, y generalmente su eficacia no ha sido demostrada científicamente. Los padres deben desconfiar de remedios fáciles que prometan “curación” permanente, rápida, sin esfuerzo y que supongan un gran desembolso económico inicial. Deben desconfiar de tratamientos no publicados en revistas científicas, que impliquen el uso de algún artefacto patentado o supuesta medicación con componente secreto o no claramente conocido.
Mito 9:
Las medicaciones producen adicción, porque son drogas
Este tema suele preocupar mucho a los padres y es importante que se entienda bien. Es un falso mito que el metilfenidato produzca adicción., Aunque químicamente el metilfenidato es similar a la anfetamina, a dosis normales en TDAH y por vía oral no produce efecto euforizante. El metilfenidato, al tratar el TDAH, de hecho reduce el riesgo de que el niño en el futuro abuse de drogas, porque disminuye su a impulsividad. Sin embargo, dosis altas de metilfenidato podrían causar efecto euforizante. Po ello si se usa en chicos con problemas de abuso de drogas o alcohol, debe hacerse con control cercano. Los padres deben guardar bajo llave la medicación y darles sólo una pastilla cada vez para evitar que tomen más de lo recetado. Esto limita el uso del metilfenidato en adolescentes con problemas de abuso de alcohol o drogas o con trastorno de conducta, pero no es el metilfenidato lo que produce éste abuso de drogas, sino el TDAH. La forma OROS®-Metilfenidato al ser una cápsula de liberación prolongada, tiene menor riesgo de abuso. La atomoxetina tampoco produce ningún efecto euforizante ni tiene riesgo de adicción.
Mito 10.
La medicación produce la medicación una reducción del crecimiento en altura del niño
El efecto de los estimulantes sobre el crecimiento ha sido una preocupación de padres y médicos durante años y ha sido muy estudiado. Algunos estudios han mostrado una reducción de la ganancia esperada de altura en los primeros 3 años de tratamiento, aunque la significación clínica de éstos datos es difícil de valorar. Otros estudios encontraron una menor talla de los niños con TDAH tratados con estimulantes a los 18 años, pero no encontraron diferencias más tarde, porque los adolescentes con TDAH completaron su desarrollo un poco más tarde, y alcanzaron tallas similares a los controles. En estudios donde se interrumpía el metilfenidato los fines de semana y en vacaciones no se observó ninguna ventaja en el crecimiento, por lo que no se recomienda parar el tratamiento los fines de semana ni en vacaciones. La talla y el peso deben monitorizarse de cerca, y en aquellos niños que pierden peso o no ganan peso adecuadamente se pueden usar suplementos energéticos y calóricos. La atomoxetina tampoco reduce el crecimiento en altura.
Publicado por teresis en 12:51
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¿Qué es el TDAH?
Se trata de un trastorno de origen neurobiológico y que puede presentar 3 síntomas:
•Déficit de Atención.
•Hiperactividad.
•Impulsividad.
DEFICIT DE ATENCIÓN
•Dificultades para mantener la atención concentración.
•Parece que no escucha.
•No siguen instrucciones.
•No termina actividades.
•Dificultades para organizar tareas.
•Dificultades para retener datos y órdenes.
•Extravían objetos.
•Evitan esfuerzo mental.
•Se distraen.
•Descuidados en actividades diarias y actividades académicas.
HIPERACTIDAD
•Se remueve en su asiento.
•Abandona su asiento.
•Corren, saltan en situaciones inapropiadas.
•Dificultades para dedicarse a actividades tranquilas.
•Siempre en movimiento.
•Necesidad de cambiar de actividad continuamente.
•Hablan en exceso.
•Propensos a los accidentes.
•Dificultades en la coordinación motora.
IMPULSIVIDAD
•Actúan antes de pensar.
•Precipitan respuestas.
•Dificultades para guardar turnos.
•Interrumpen actividades o conversaciones.
•Dificultades para medir las consecuencias de sus actos.
Afecta entre un 3-7% de la población infanto-juvenil.
TDAH: lo que los padres deberían saber
TDAH: lo que los padres deberían saber
¿Qué es el TDAH?
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, TDAH (ADHD en inglés) es el nombre que se le da a un grupo de comportamientos que muchos niños y adultos presentan. Las personas que padecen TDAH tienen dificultad para prestar atención en el colegio, en la casa o en el trabajo. Pueden ser mucho más activas o impulsivas de lo que es usual para su edad. Estos comportamientos contribuyen a causar problemas significativos en las relaciones, en el aprendizaje y en el comportamiento. Por esta razón, los niños que tienen TDAH algunas veces son vistos como niños difíciles o que tienen problemas del comportamiento.
El TDAH es más frecuente en los niños que en las niñas. Usted puede estar más familiarizado con el término trastorno por déficit de atención, TDA (ADD en inglés). La Asociación estadounidense de psiquiatría (American Psychiatric Association, APA) cambió el nombre de este trastorno en 1994.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH?
El niño con TDAH que es desatento tendrá seis (6) o más de los siguientes síntomas:
•Le cuesta trabajo seguir instrucciones
•Tiene dificultad para mantener su atención fija en actividades de trabajo o de juego en el colegio y en la casa
•Pierde las cosas necesarias para realizar actividades en el colegio y en la casa
•Parece como que no escucha con atención
•No le presta atención a los detalles
•Parece desorganizado
•Tiene dificultad con las cosas que requieren planeación
•Olvida las cosas
•Se distrae con facilidad
El niño con TDAH que es hiperactivo o impulsivo tendrá al menos seis (6) de los siguientes síntomas:
•Es inquieto
•Corre o se trepa inadecuadamente
•No puede jugar en silencio
•Responde de forma intempestiva
•Interrumpe a las personas
•No puede quedarse sentado
•Habla demasiado
•Siempre se está moviendo
•Tiene dificultad para esperar su turno
Los niños que tienen TDAH presentan síntomas durante al menos seis (6) meses.
¿Qué debo hacer si pienso que mi niño tiene TDAH?
Hable con el médico de su niño. Un diagnóstico de TDAH puede hacerse solamente obteniendo información acerca del comportamiento de su niño por parte de varias personas que conozcan al niño. Su médico le hará preguntas y querrá obtener información de los maestros de su niño o de cualquier persona que esté familiarizada con el comportamiento de su niño. Su médico puede tener formas o listas para chequear, que usted y el maestro de su niño pueden completar. Esto lo ayudará a usted y a su médico a comparar el comportamiento de su niño con el de otros niños.
Su médico probablemente querrá hacer exámenes de la vista y de la audición si es que estos no se le han hecho recientemente.
Su médico le puede recomendar que pruebe un medicamento para ver si esto ayuda a controlar el comportamiento hiperactivo de su niño. Una prueba con el medicamento solamente no puede ser la base para diagnosticar el TDAH. Sin embargo, puede ser una parte importante de la evaluación de su niño en caso de sospecharse el TDAH.
Puede ser difícil para su médico saber si su niño tiene TDAH. Muchos niños que tienen TDAH no son hiperactivos en el consultorio del médico. Por este motivo, es posible que su médico quiera que usted vea a alguien que se especialice en ayudar a niños con problemas de comportamiento, tal como un psicólogo.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
Los niños que tienen TDAH no producen suficientes substancias químicas en áreas claves del cerebro que son responsables de organizar el pensamiento. Sin tener una cantidad suficiente de esas substancias químicas, los centros del cerebro que se encargan de la organización no funcionan bien. Esto da lugar a los síntomas en los niños que tienen TDAH. Las investigaciones muestran que el TDAH es más común en niños que tienen parientes cercanos con este trastorno. Investigaciones recientes también han asociado el uso del cigarrillo y de otras substancias de abuso durante el embarazo, con el TDAH. La exposición a toxinas del medio ambiente, tales como plomo, también puede ser un factor.
Cosas que no causan el TDAH:
•Una mala crianza; no obstante, una vida familiar y un ambiente escolar desorganizados empeoran los síntomas.
•Demasiada azúcar
•Muy poca azúcar
•Aspartamo (un nombre de marca: Nutrasweet)
•Alergias a los alimentos u otras alergias
•Falta de vitaminas
•Luces fluorescentes
•Ver demasiada televisión
•Los juegos de vídeo
¿Qué medicamentos se usan para tratar el TDAH?
Algunos de los medicamentos para el TDAH son metilfenidato, dextroanfetamina, atomoxetina y un fármaco que combina dextroanfetamina y anfetamina. Estos medicamentos mejoran la atención y la concentración, y disminuyen los comportamientos impulsivos y de excesiva actividad. También se pueden usar otros medicamentos para tratar el TDAH. Hable con su médico para ver qué tratamiento él o ella le recomienda.
¿Qué más puedo hacer para ayudar a mi niño?
Un esfuerzo en equipo por parte de los padres, profesores y médicos trabajando en conjunto es la mejor manera de ayudar a su niño. Puede ser difícil criar a los niños que tienen TDAH. Es posible que tengan dificultad para comprender instrucciones, y el estado de actividad constante puede constituir un desafío para los adultos. Además, los niños que tienen TDAH tienden a necesitar más estructura y expectativas más claras. Usted puede tener que cambiar su vida un poco para ayudar a su niño. He aquí algunas cosas que usted puede hacer para ayudar:
•Haga un horario. Fije horas específicas para levantarse, comer, jugar, hacer tarea, hacer quehaceres, mirar televisión o jugar juegos de vídeo, y para acostarse. Ponga el horario donde el niño siempre lo pueda ver. Explíquele anticipadamente cualquier cambio en la rutina.
•Simplifique las reglas de la casa. Es importante explicar lo que pasará cuando se cumplan las reglas y cuando no se cumplan éstas. Escriba las reglas y las consecuencias de no obedecerlas.
•Asegúrese de que sus instrucciones son comprendidas. Haga que su niño le preste atención y háblele mirándolo directamente a los ojos. Luego, con voz clara y calma, dígale al niño específicamente lo que usted desea. Mantenga las instrucciones simples y cortas. Pídale al niño que le repita las instrucciones a usted.
•Premie el buen comportamiento. Felicite a su niño cuando él o ella complete cada paso de una tarea.
•Asegúrese de que su niño sea supervisado en todo momento. Debido a que son impulsivos, los niños que tienen TDAH pueden necesitar más supervisión por parte de los adultos que otros niños de la misma edad.
•Observe a su niño cuando él o ella esté alrededor de sus amigos. A veces resulta difícil para los niños que tienen TDAH aprender habilidades sociales. Premie el buen comportamiento durante el juego.
•Fije una rutina para hacer las tareas. Escoja un lugar fijo para hacer la tarea lejos de distracciones tales como otras personas, televisión y juegos de vídeo. Divida el tiempo para hacer tarea en sesiones cortas y permita descansos.
•Concéntrese en el esfuerzo y no en las calificaciones. Premie a su niño cuando él o ella trata de terminar la tarea escolar, no solamente por sacar una buena calificación. Usted puede dar premios adicionales por obtener mejores calificaciones.
•Hable con los maestros de su niño. Averigüe cómo le está yendo a su niño en el colegio, en la clase, en el recreo y en la hora de la comida del mediodía. Pida que los maestros le den notas sobre el progreso diario o semanal.
Algunos niños se benefician del asesoramiento psicológico o de la terapia estructurada. Puede resultar beneficioso para las familias hablar con un especialista en el manejo del comportamiento y los problemas de aprendizaje relacionados con el TDAH.
Algunos estudios han demostrado que algunos colorantes y conservantes de alimentos pueden causar o empeorar el comportamiento hiperactivo en algunos niños. Hable con su médico para saber si necesita realizar algún cambio en la dieta de su niño.
¿Mi hijo va a superar el TDAH?
Antes solíamos pensar que los niños superarían el TDAH. Sabemos que esto no es cierto en la mayoría de los niños. Los síntomas del TDAH con frecuencia mejoran a medida que los niños crecen y aprenden a adaptarse. La hiperactividad generalmente desaparece en los años de la adolescencia tardía. Pero cerca de la mitad de los niños que tienen TDAH continúan distrayéndose con facilidad, teniendo cambios en el humor, siendo malhumorados y son incapaces de completar tareas. Los niños que tienen padres afectuosos que les brindan apoyo y que trabajan conjuntamente con el personal del colegio, con los trabajadores de salud mental y con el médico tienen la mejor probabilidad de convertirse en adultos bien adaptados.
Fuente: http://familydoctor.org/online/famdoces/home/children/parents/behavior/118.html
NOTA
LO QUE AÚN NO SE HA CONSEGUIDO
Entorno adecuado. Aunque se sitúa a los alumnos en las primeras filas y los tutores encargados de vigilar los exámenes saben de qué alumnos se trata, las pruebas aún se hacen en aulas demasiado pobladas, cuando estos estudiantes rendirían más en clases más reducidas.
Distribución diferente de las pruebas. Los expertos recomiendan que los alumnos con TDAH puedan combinar las pruebas en función de su dificultad, es decir no hacer el mismo día lengua y matemáticas. De momento, tienen que seguir el orden establecidos: el primer día se concentran todas las de las áreas lingüísticas.
Modificación del estilo de evaluación. Desde la Fundación ADANA se pide que no tengan que hacer un sobreesfuerzo narrativo en las respuestas de los exámenes, por eso piden preguntas abiertas y otras de opción múltiple.
Evaluación. Este es el aspecto más importante de las demandas: las familias afectadas reclaman que la evaluación la realicen personas conocedoras del trastorno, sus repercusiones lingüísticas y dificultades para ordenar ideas.
PRUEBAS DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD
Adaptaciones de acceso
JUSTIFICACIÓN
El TDAH es un trastorno de ejecución, de rendimiento, no de aprendizaje (Barkley 2005). Son alumnos con verdaderas dificultades para trabajar con lo que saben o han aprendido anteriormente lo que se refleja a la hora de demostrar los conocimientos adquiridos en el momento de ejecutar una prueba.
Sus principales dificultades son:
1.- Capacidad atencional mermada ante una tarea compleja y larga, lo que repercute en dificultades para estructurar, organizar y planificar la información.
2.- Pocas habilidades lingüísticas de narración escrita.
3.- Cometen errores durante los exámenes a la hora de identificar las ideas relevantes y expresarlas de forma ordenada. El discurso es pobre, desorganizado, exento de aspectos importantes y con interferencias no relevantes.
4.- La impulsividad provoca la precipitación en las respuestas, dedicar poco tiempo a los aspectos importantes y demasiado a los detalles.
PROPUESTA DE ADAPTACIONES PARA ALUMNOS CON TDAH
ESPACIO Y TIEMPO
* Aulas reducidas: proporcionar un espacio o entorno adecuado que facilite la atención (para disminuir los estímulos distractores).
* Respetar el tiempo que el alumno necesita para realizar la prueba.
* Marcadores de tiempo: Hacer recordatorios durante la prueba del tiempo que queda.
* Descansos: Dividir las pruebas en partes y hacer pequeños descansos entre prueba y prueba (cansancio y sobreesfuerzo provoca que cometan errores y mala presentación).
DISTRIBUCION DE LAS PRUEBAS
* Modificar el orden establecido de la aplicación de las pruebas para que se puedan combinar en función de su dificultad.
SUPERVISION
* Antes de empezar la prueba, leer en voz alta el examen y verificar que el alumno entiende las preguntas.
* Permitir en cualquier momento el acceso a las instrucciones.
* Recordar al alumno que revise el examen antes de entregarlo y supervisar que ha respondido todo antes de que entregue la prueba.
* Si no consigue centrarse en la prueba, guiarlo para ayudarle a reconducir la atención.
FORMATO
* Intentar que el enunciado sea sencillo y concreto.
* Destacar las palabras clave en negrita
* Evitar dar más de una instrucción a la vez.
* Combinar diferentes formatos de preguntas en una misma prueba: combinar preguntas abiertas y de opción múltiple.
* Preguntas abiertas: ofrecer una guía de la estructura.
* En las preguntas de respuesta corta dejar el espacio aproximado
para responder.
SISTEMA DE CORRECCION
Tener en cuenta el trastorno a la hora de corregir los exámenes y no perder la perspectiva de dificultad. Los alumnos con TDAH deberían ser evaluados por personas con conocimientos sobre el trastorno para poder distinguir si nos encontramos ante un alumno con TDAH que no dispone de los conocimientos, de otro que presenta serias dificultades para demostrar lo que sabe.
STILL - Asociación balear de padres de niños con TDAH
stilltdah@yahoo.es
www.still-tdah.com
Telf. 97 149 86 67 – Columba Suinaga
2 comentarios:
Lo que es un mito son las respuestas, se hacen algunas afirmaciones que aún no se han demostrado cientificamente. Pero claro es que como aquí todos opinamos sin saber...
Yo tengo TDAH desde niña, pero no fui diagnosticada y tratada hasta que cumplí 28 y por mi experiencia personal, puedo decir que todo lo que se dice en este artículo es totalmente cierto. Estos mitos desafortunadamente llegan a convertirse en prejuicios que familiares y amigos cercanos tienen hacia nosotros los adultos que tenemos TDA/H Mis padres al tomar estos mitos como verdades se oponen a que tome mi tratamiento aún cuando han visto significativas mejorías en mi vida. Y yo sí puedo decir que opino con pleno conocimiento de causa.
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