Los niños con diagnostico de TDAH, presentan un nivel intelectual dentro del promedio poblacional, lo que implica que no deberían tener inconve-nientes en adquirir los aprendizajes necesarios, acorde a sus edades y grados escolares.
No obstante, debido a su elevado nivel de desatención y desmotivación hacia las tareas escolares en general y su impulsividad y necesidad constante de “estar haciendo algo”, presentan consecuencias en su rendimiento escolar.
Esta conducta se presenta desde muy pequeño, en las entrevistas con los papás: siempre mencionan alguna conducta diferente, incluso siendo bebé; a veces, se relacionan a las alteraciones del sueño, o cómo cambió de tranquilo a inquieto a partir de empezar a caminar, pero el denominador común es que aparezcan anécdotas, relatos que ya nos están advirtiendo sobre posibles indicadores predictivos de este trastorno. Hay que señalar además, que del propio relato con los padres, surge que han sido niños atendidos adecuadamente, aunque con papás que de alguna forma, muestran signos de ansiedad, distracción, pero que se muestran comprometidos con ayudar a su hijo, sintiendose muy frustrados por no encontrar suficientes respuestas para poder modificar esta conducta y actitud del niño que no sólo genera “desacomodos” en el medio familiar, sino también en el social y escolar.
Son niños a los que les cuesta llevar el ritmo del grupo en el aula, se dispersan , hablan en momentos que no corresponde, molestan a sus compañeros o asumen una conducta oposicionista ante la tarea. De este modo, quedan como “desconectados” de lo que se da en clase, situación que también se constata en la clínica, ante las consignas de la pruebas de la Batería Neuropsicológica a aplicarse. Con frecuencia, es necesario repetirle dos o tres veces la consigna de la tarea a realizar, la pregunta en un subtest de información general, o la situación problemática a resolver.
En las pruebas de evaluación de conocimientos generales, así como de lengua y matemática, se observa a veces, niveles descendidos respecto a lo esperado para su edad y el grado que cursa. Nos sucede a menudo, trabajar con chicos que pueden estar cursando cuarto grado y sin embargo, los resultados de la evaluación neuropsicológica, nos dan disparidad multigrado en las diferentes capacidades estudiadas. Es decir, en razonamiento y cálculo, pueden estar adecuados al cuarto grado, pero en lengua, presentan un nivel de 2 do grado.
A causa de los principales síntomas del TDAH, los niños que lo padecen suelen presentar dificultades en todas aquellas tareas que requieran una atención sostenida, así como en las actividades en las que sea preciso memorizar material para su posterior recuperación. Al niño hiperactivo le cuesta trabajo seleccionar, filtrar de entre toda la estimulación que le llega, cuál es la más importante en cada momento, a cuál debe atender y cuál puede obviar, esto hace que incurra en muchos errores.
Por otro lado y como consecuencia también de las alteraciones neurofisiológicas de este síndrome, pueden quedar fijados en un detalle trivial, que logra captar su atención durante un largo tiempo, o incluso obsesionarle.
Cuando las tareas requieren mayor capacidad de abstracción, es posible que se complique aún más. El razonamiento abstracto exige no sólo prestar atención, sino manejar mentalmente una serie de datos, operar con ellos y buscar una respuesta. Para el niño hiperactivo este proceso resulta, en la mayor parte de los casos, sencillamente imposible, ya que le requiere poner en marcha precisamente aquellos procesos para los que está menos preparado. En su “almacén de datos” la información sólo se mantiene un tiempo corto y debe salir inmediatamente para permitir la entrada de nueva información de manera continua. Esto provoca que su memoria a corto plazo sea algo deficiente, gran inconveniente de cara a las tareas escolares más habituales. No ocurre lo mismo con la memoria a largo plazo, que suele estar muy bien desarrollada: a estos niños quizás le cuesta mucho recordar lo que ha sucedido tan sólo unos momentos antes, pero si la información pasa al almacén a largo plazo, (bien porque el material se repita con frecuencia o porque sea de gran interés para él, podrá retenerla por más tiempo).
¿De qué modo promueven las conductas características del trastorno de hiperactividad y déficit atencional las estructuras cerebrales y los defectos genéticos que se van encontrando? La raíz parece estribar en el deterioro de la inhibición conductual y del autocontrol según Barkley,R. que viene estudiando este tema desde hace varios años.
El autocontrol, la capacidad de inhibir o frenar las repuestas a un estímulo es una función crucial para la realización de cualquier tarea. La mayoría de los niños conforme van creciendo, adquieren la capacidad de poner en práctica las funciones ejecutivas, actividades mentales que les ayudan a apartar las distracciones, fijarse unas metas y dar los pasos para alcanzarlas.
En los primeros años, estas funciones ejecutivas se exhiben al exterior, los niños hablan en voz alta mientras juegan y hacen las actividades. A medida que crecen van interiorizando estas funciones ejecutivas desapareciendo las verbalizaciones.
Las funciones ejecutivas pueden agruparse en cuatro actividades mentales:
1. La memoria operativa, tener en mente la información mientras se trabaja en una tarea.
2. La interiorización del habla, que permite a uno pensar para sí, seguir reglas e instrucciones.
3. El control de las emociones, la motivación y el estado de alerta, que ayuda a conseguir metas y diferir las emociones que nos interfieren.
4. La función de la reconstitución que nos ayuda a ser flexibles y creativos al fragmentar las conductas observadas y volver a combinarlas en nuevas acciones.
Según las investigaciones más recientes, debido a causas genéticas, los niños TDAH no adquieren estas capacidades y en consecuencia, despliegan un comportamiento y un habla excesivamente “públicos”. No son capaces de guiarse por instrucciones internas, ni de modificar su comportamiento.
Su memoria operativa o “buffer” para almacenar información que deberá utilizar en otra instancia o paso de la misma tarea que realiza, es muy lábil, debido sin duda a su dificultad en prestar atención; eso hace que se quede con información fragmentada, que escuche sólo parte de una consigna, y por lo tanto obtenga resultados negativos a la hora de resolver la tarea.
Inhibir o controlar sus impulsos, le resulta muy difícil, porque no ha madurado convenientemente el soporte de circuitos neurológicos que le permiten adquirir este autocontrol, de modo que podemos observar de acuerdo a lo que informan las maestras, pero también al relato que nos hacen los propios niños, que no pueden contenerse de molestar a otros , que no quieren ir a la escuela, que no quieren acatar la pauta del trabajo grupal, que no quieren jugar con los demás porque lo pelean.
Esta es una patología de origen neurobiológico, que no “se cura” sola, ni con los años ni la maduración, requiere de tratamientos especializados de reeducación de las funciones cerebrales alteradas y en muchos casos, de medicación psico-estimulante que logre mejorar sus niveles de atención y que debe ser solamente indicada y controlada por un neurólogo o psiquiatra de niños. Obviamente, la medicación logra estabilizar los niveles de atención del niño y mejora su control de impulsos y su toma de decisiones, pero no alcanza para que adquiera los conocimientos de base , que por diversas razones anteriormente expuestas no adquirió, así como para ponerlo “al día” con su grupo escolar, por lo cual, aun tomando medicación, necesita tratamiento especializado.
Este tratamiento debe ser realizado por profesionales del área de la salud o educadores del área de rehabilitación, no puede llevarse adelante por una maestra de “apoyo escolar”, ya que al tratarse de una patología de origen neurobiológico, exige una intervención neuropedagógica e interdisciplinaria que provoque cambios en la estructura neuronal que tiene un comporta-miento disfuncional o alterado, es decir, especialistas que actúen sobre el sustrato neuronal de la memoria, la atención, las emociones, las funciones ejecutivas, el sistema motriz y los módulos cerebrales responsables del lenguaje y el razonamiento.
Respecto al trabajo de la maestra en la Escuela, partimos de la base que todo docente da lo mejor de si para sacar adelante a niños que presentan determinadas dificultades en diversas áreas, más aun hoy día donde se tiende a la integración de chicos con diferentes capacidades. El equipo de tratamiento externo que atienda al niño con TDAH puede asesorar y brindar a la maestra determinados materiales, adecuar las evaluaciones que le tomarán, darle contención respecto a las frustraciones que generan este tipo de alumnos, pero consideramos que muchas veces se depositan en las instituciones escolares, expectativas que exceden sus responsabilidades y cometidos educacionales , y ante la frustración se tiende a subestimar y desvalorizar la labor del maestro de aula. No debemos olvidar que el rol central de la educación en valores de un niño, debe ser la familia.
De lo anteriormente expuesto, se puede observar claramente la angustia que sin duda viven estos niños, al no poder controlar su conducta, sus impulsos, y cómo externalizan esa angustia, de una forma que resulta paradójica para el adulto: indiferencia, oposicionismo, actitudes de aislamiento, propensión a meterse en problemas, a no poder medir las consecuencias de sus acciones.
Estos chicos no suelen pedir ayuda, por lo menos de la forma verbal que esperaríamos. Asi, los adultos en general, en una mirada rápida y desde nuestras urgencias de cumplir con las responsabilidades inherentes a nuestro rol, ( padres, educadores, familia, etc), tendemos a ser bastante poco tolerantes con estas “personitas”, que realmente alteran, nuestro ritmo y vínculos familiares y nuestra planificación escolar.
Estos niños requieren tratamiento especializado: profesionales preparados para contenerlos y para ponerles límites, para “educar” esas estructuras neurales que determinan su comportamiento rebelde y disruptivo y que lo llevan a tener tan baja opinión de si mismo. También para trabajar junto con la familia y los docentes, en las modificaciones ambientales, sociales, conductuales y cognitivas que mejor se adecuen a las necesidades y al estilo cognitivo del niño.
Niños hiperactivos y “difíciles”, hubo siempre; pero la sociedad y la familia, eran más sólidas en el mantenimiento de determinados valores y pautas de educación y respeto. Actualmente, vemos que se van haciendo más laxas, por diversas razones. En las entrevistas con padres de niños con TDAH, ellos mismos reconocen que el niño “se les va de las manos”, que “ya no saben que penitencia implementar “, que no pueden más… y si los papás no pueden, imaginen la frustración del maestro que procura desplegar todas sus estrategias posibles de seducción y contención para que el niño se motive a trabajar y ese niño le presenta un muro infranqueable.
La tarea por delante no es fácil, pero en nuestra experiencia, todos estos niños, si han sido bien diagnosticados y en especial con un diagnóstico a tiempo en la infancia, y tienen un tratamiento acorde a sus necesidades pedagógicas, emocionales y conductuales y un buen acompañamiento escolar y familiar, salen adelante, y en algún momento de su vida y de su escolaridad hacen ese “clic” tan necesario y tan esperado por todos.
Prof. Neuropsic. Ing. Silvia Pérez Fonticiella.
Consultora en Neurociencias.
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Neuropsicología Clínica
Posgrado. Madrid, BCN y Valencia. También a distancia. Reconocido
www.isep.es
miércoles, junio 23, 2010
REFLEXIONES SOBRE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES CON TDAH
Publicado por teresis en 23:55
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¿Qué es el TDAH?
Se trata de un trastorno de origen neurobiológico y que puede presentar 3 síntomas:
•Déficit de Atención.
•Hiperactividad.
•Impulsividad.
DEFICIT DE ATENCIÓN
•Dificultades para mantener la atención concentración.
•Parece que no escucha.
•No siguen instrucciones.
•No termina actividades.
•Dificultades para organizar tareas.
•Dificultades para retener datos y órdenes.
•Extravían objetos.
•Evitan esfuerzo mental.
•Se distraen.
•Descuidados en actividades diarias y actividades académicas.
HIPERACTIDAD
•Se remueve en su asiento.
•Abandona su asiento.
•Corren, saltan en situaciones inapropiadas.
•Dificultades para dedicarse a actividades tranquilas.
•Siempre en movimiento.
•Necesidad de cambiar de actividad continuamente.
•Hablan en exceso.
•Propensos a los accidentes.
•Dificultades en la coordinación motora.
IMPULSIVIDAD
•Actúan antes de pensar.
•Precipitan respuestas.
•Dificultades para guardar turnos.
•Interrumpen actividades o conversaciones.
•Dificultades para medir las consecuencias de sus actos.
Afecta entre un 3-7% de la población infanto-juvenil.
TDAH: lo que los padres deberían saber
TDAH: lo que los padres deberían saber
¿Qué es el TDAH?
Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, TDAH (ADHD en inglés) es el nombre que se le da a un grupo de comportamientos que muchos niños y adultos presentan. Las personas que padecen TDAH tienen dificultad para prestar atención en el colegio, en la casa o en el trabajo. Pueden ser mucho más activas o impulsivas de lo que es usual para su edad. Estos comportamientos contribuyen a causar problemas significativos en las relaciones, en el aprendizaje y en el comportamiento. Por esta razón, los niños que tienen TDAH algunas veces son vistos como niños difíciles o que tienen problemas del comportamiento.
El TDAH es más frecuente en los niños que en las niñas. Usted puede estar más familiarizado con el término trastorno por déficit de atención, TDA (ADD en inglés). La Asociación estadounidense de psiquiatría (American Psychiatric Association, APA) cambió el nombre de este trastorno en 1994.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH?
El niño con TDAH que es desatento tendrá seis (6) o más de los siguientes síntomas:
•Le cuesta trabajo seguir instrucciones
•Tiene dificultad para mantener su atención fija en actividades de trabajo o de juego en el colegio y en la casa
•Pierde las cosas necesarias para realizar actividades en el colegio y en la casa
•Parece como que no escucha con atención
•No le presta atención a los detalles
•Parece desorganizado
•Tiene dificultad con las cosas que requieren planeación
•Olvida las cosas
•Se distrae con facilidad
El niño con TDAH que es hiperactivo o impulsivo tendrá al menos seis (6) de los siguientes síntomas:
•Es inquieto
•Corre o se trepa inadecuadamente
•No puede jugar en silencio
•Responde de forma intempestiva
•Interrumpe a las personas
•No puede quedarse sentado
•Habla demasiado
•Siempre se está moviendo
•Tiene dificultad para esperar su turno
Los niños que tienen TDAH presentan síntomas durante al menos seis (6) meses.
¿Qué debo hacer si pienso que mi niño tiene TDAH?
Hable con el médico de su niño. Un diagnóstico de TDAH puede hacerse solamente obteniendo información acerca del comportamiento de su niño por parte de varias personas que conozcan al niño. Su médico le hará preguntas y querrá obtener información de los maestros de su niño o de cualquier persona que esté familiarizada con el comportamiento de su niño. Su médico puede tener formas o listas para chequear, que usted y el maestro de su niño pueden completar. Esto lo ayudará a usted y a su médico a comparar el comportamiento de su niño con el de otros niños.
Su médico probablemente querrá hacer exámenes de la vista y de la audición si es que estos no se le han hecho recientemente.
Su médico le puede recomendar que pruebe un medicamento para ver si esto ayuda a controlar el comportamiento hiperactivo de su niño. Una prueba con el medicamento solamente no puede ser la base para diagnosticar el TDAH. Sin embargo, puede ser una parte importante de la evaluación de su niño en caso de sospecharse el TDAH.
Puede ser difícil para su médico saber si su niño tiene TDAH. Muchos niños que tienen TDAH no son hiperactivos en el consultorio del médico. Por este motivo, es posible que su médico quiera que usted vea a alguien que se especialice en ayudar a niños con problemas de comportamiento, tal como un psicólogo.
¿Cuáles son las causas del TDAH?
Los niños que tienen TDAH no producen suficientes substancias químicas en áreas claves del cerebro que son responsables de organizar el pensamiento. Sin tener una cantidad suficiente de esas substancias químicas, los centros del cerebro que se encargan de la organización no funcionan bien. Esto da lugar a los síntomas en los niños que tienen TDAH. Las investigaciones muestran que el TDAH es más común en niños que tienen parientes cercanos con este trastorno. Investigaciones recientes también han asociado el uso del cigarrillo y de otras substancias de abuso durante el embarazo, con el TDAH. La exposición a toxinas del medio ambiente, tales como plomo, también puede ser un factor.
Cosas que no causan el TDAH:
•Una mala crianza; no obstante, una vida familiar y un ambiente escolar desorganizados empeoran los síntomas.
•Demasiada azúcar
•Muy poca azúcar
•Aspartamo (un nombre de marca: Nutrasweet)
•Alergias a los alimentos u otras alergias
•Falta de vitaminas
•Luces fluorescentes
•Ver demasiada televisión
•Los juegos de vídeo
¿Qué medicamentos se usan para tratar el TDAH?
Algunos de los medicamentos para el TDAH son metilfenidato, dextroanfetamina, atomoxetina y un fármaco que combina dextroanfetamina y anfetamina. Estos medicamentos mejoran la atención y la concentración, y disminuyen los comportamientos impulsivos y de excesiva actividad. También se pueden usar otros medicamentos para tratar el TDAH. Hable con su médico para ver qué tratamiento él o ella le recomienda.
¿Qué más puedo hacer para ayudar a mi niño?
Un esfuerzo en equipo por parte de los padres, profesores y médicos trabajando en conjunto es la mejor manera de ayudar a su niño. Puede ser difícil criar a los niños que tienen TDAH. Es posible que tengan dificultad para comprender instrucciones, y el estado de actividad constante puede constituir un desafío para los adultos. Además, los niños que tienen TDAH tienden a necesitar más estructura y expectativas más claras. Usted puede tener que cambiar su vida un poco para ayudar a su niño. He aquí algunas cosas que usted puede hacer para ayudar:
•Haga un horario. Fije horas específicas para levantarse, comer, jugar, hacer tarea, hacer quehaceres, mirar televisión o jugar juegos de vídeo, y para acostarse. Ponga el horario donde el niño siempre lo pueda ver. Explíquele anticipadamente cualquier cambio en la rutina.
•Simplifique las reglas de la casa. Es importante explicar lo que pasará cuando se cumplan las reglas y cuando no se cumplan éstas. Escriba las reglas y las consecuencias de no obedecerlas.
•Asegúrese de que sus instrucciones son comprendidas. Haga que su niño le preste atención y háblele mirándolo directamente a los ojos. Luego, con voz clara y calma, dígale al niño específicamente lo que usted desea. Mantenga las instrucciones simples y cortas. Pídale al niño que le repita las instrucciones a usted.
•Premie el buen comportamiento. Felicite a su niño cuando él o ella complete cada paso de una tarea.
•Asegúrese de que su niño sea supervisado en todo momento. Debido a que son impulsivos, los niños que tienen TDAH pueden necesitar más supervisión por parte de los adultos que otros niños de la misma edad.
•Observe a su niño cuando él o ella esté alrededor de sus amigos. A veces resulta difícil para los niños que tienen TDAH aprender habilidades sociales. Premie el buen comportamiento durante el juego.
•Fije una rutina para hacer las tareas. Escoja un lugar fijo para hacer la tarea lejos de distracciones tales como otras personas, televisión y juegos de vídeo. Divida el tiempo para hacer tarea en sesiones cortas y permita descansos.
•Concéntrese en el esfuerzo y no en las calificaciones. Premie a su niño cuando él o ella trata de terminar la tarea escolar, no solamente por sacar una buena calificación. Usted puede dar premios adicionales por obtener mejores calificaciones.
•Hable con los maestros de su niño. Averigüe cómo le está yendo a su niño en el colegio, en la clase, en el recreo y en la hora de la comida del mediodía. Pida que los maestros le den notas sobre el progreso diario o semanal.
Algunos niños se benefician del asesoramiento psicológico o de la terapia estructurada. Puede resultar beneficioso para las familias hablar con un especialista en el manejo del comportamiento y los problemas de aprendizaje relacionados con el TDAH.
Algunos estudios han demostrado que algunos colorantes y conservantes de alimentos pueden causar o empeorar el comportamiento hiperactivo en algunos niños. Hable con su médico para saber si necesita realizar algún cambio en la dieta de su niño.
¿Mi hijo va a superar el TDAH?
Antes solíamos pensar que los niños superarían el TDAH. Sabemos que esto no es cierto en la mayoría de los niños. Los síntomas del TDAH con frecuencia mejoran a medida que los niños crecen y aprenden a adaptarse. La hiperactividad generalmente desaparece en los años de la adolescencia tardía. Pero cerca de la mitad de los niños que tienen TDAH continúan distrayéndose con facilidad, teniendo cambios en el humor, siendo malhumorados y son incapaces de completar tareas. Los niños que tienen padres afectuosos que les brindan apoyo y que trabajan conjuntamente con el personal del colegio, con los trabajadores de salud mental y con el médico tienen la mejor probabilidad de convertirse en adultos bien adaptados.
Fuente: http://familydoctor.org/online/famdoces/home/children/parents/behavior/118.html
NOTA
LO QUE AÚN NO SE HA CONSEGUIDO
Entorno adecuado. Aunque se sitúa a los alumnos en las primeras filas y los tutores encargados de vigilar los exámenes saben de qué alumnos se trata, las pruebas aún se hacen en aulas demasiado pobladas, cuando estos estudiantes rendirían más en clases más reducidas.
Distribución diferente de las pruebas. Los expertos recomiendan que los alumnos con TDAH puedan combinar las pruebas en función de su dificultad, es decir no hacer el mismo día lengua y matemáticas. De momento, tienen que seguir el orden establecidos: el primer día se concentran todas las de las áreas lingüísticas.
Modificación del estilo de evaluación. Desde la Fundación ADANA se pide que no tengan que hacer un sobreesfuerzo narrativo en las respuestas de los exámenes, por eso piden preguntas abiertas y otras de opción múltiple.
Evaluación. Este es el aspecto más importante de las demandas: las familias afectadas reclaman que la evaluación la realicen personas conocedoras del trastorno, sus repercusiones lingüísticas y dificultades para ordenar ideas.
PRUEBAS DE ACCESO A LA UNIVERSIDAD
Adaptaciones de acceso
JUSTIFICACIÓN
El TDAH es un trastorno de ejecución, de rendimiento, no de aprendizaje (Barkley 2005). Son alumnos con verdaderas dificultades para trabajar con lo que saben o han aprendido anteriormente lo que se refleja a la hora de demostrar los conocimientos adquiridos en el momento de ejecutar una prueba.
Sus principales dificultades son:
1.- Capacidad atencional mermada ante una tarea compleja y larga, lo que repercute en dificultades para estructurar, organizar y planificar la información.
2.- Pocas habilidades lingüísticas de narración escrita.
3.- Cometen errores durante los exámenes a la hora de identificar las ideas relevantes y expresarlas de forma ordenada. El discurso es pobre, desorganizado, exento de aspectos importantes y con interferencias no relevantes.
4.- La impulsividad provoca la precipitación en las respuestas, dedicar poco tiempo a los aspectos importantes y demasiado a los detalles.
PROPUESTA DE ADAPTACIONES PARA ALUMNOS CON TDAH
ESPACIO Y TIEMPO
* Aulas reducidas: proporcionar un espacio o entorno adecuado que facilite la atención (para disminuir los estímulos distractores).
* Respetar el tiempo que el alumno necesita para realizar la prueba.
* Marcadores de tiempo: Hacer recordatorios durante la prueba del tiempo que queda.
* Descansos: Dividir las pruebas en partes y hacer pequeños descansos entre prueba y prueba (cansancio y sobreesfuerzo provoca que cometan errores y mala presentación).
DISTRIBUCION DE LAS PRUEBAS
* Modificar el orden establecido de la aplicación de las pruebas para que se puedan combinar en función de su dificultad.
SUPERVISION
* Antes de empezar la prueba, leer en voz alta el examen y verificar que el alumno entiende las preguntas.
* Permitir en cualquier momento el acceso a las instrucciones.
* Recordar al alumno que revise el examen antes de entregarlo y supervisar que ha respondido todo antes de que entregue la prueba.
* Si no consigue centrarse en la prueba, guiarlo para ayudarle a reconducir la atención.
FORMATO
* Intentar que el enunciado sea sencillo y concreto.
* Destacar las palabras clave en negrita
* Evitar dar más de una instrucción a la vez.
* Combinar diferentes formatos de preguntas en una misma prueba: combinar preguntas abiertas y de opción múltiple.
* Preguntas abiertas: ofrecer una guía de la estructura.
* En las preguntas de respuesta corta dejar el espacio aproximado
para responder.
SISTEMA DE CORRECCION
Tener en cuenta el trastorno a la hora de corregir los exámenes y no perder la perspectiva de dificultad. Los alumnos con TDAH deberían ser evaluados por personas con conocimientos sobre el trastorno para poder distinguir si nos encontramos ante un alumno con TDAH que no dispone de los conocimientos, de otro que presenta serias dificultades para demostrar lo que sabe.
STILL - Asociación balear de padres de niños con TDAH
stilltdah@yahoo.es
www.still-tdah.com
Telf. 97 149 86 67 – Columba Suinaga
2 comentarios:
Megusta muchisimo su articulo. Pienso que es una realidad que los padres , la familia engeneral es un apoyo vital para estos chicos pero donde buscamos ayuda nosotros, como evitar la fustracion hacia su comportamiento y ante la ineptitud de la mayoria que no conoce los sintomas y les hacen la vida imposible...
GRACIAS GRACIAS ha sido muy esclarecedor .... espero que algún día logremos el clic
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