1.- El TDAH, más que una patología es una diferencia,
También se ha descrito esta neurogénesis en la región prefrontal, que controla el proceso de ejecución de decisiones y que está involucrada en la memoria a corto plazo; también en la región temporal inferior, que actúa en el reconocimiento de caras u objetos y en la región parietal posterior, importante en la percepción de relaciones espaciales y de la imagen corporal.
"El Cerebro Fugitivo" Estrategias para jóvenes y adultos con déficit de atención/hiperactividad, es un libro de compilación de ejercicios prácticos.
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Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2013/11/23/52909bfb0ab74076068b456e.html
Asimismo denuncia que «hay intrusismo y gente que se mete en este mundo sin la formación adecuada». Aunque todavía no está incluido en la cartera de servicios oficiales, explica que ya hay hospitales que utilizan mindfulness:«De momento se están haciendo programas piloto o estudios pequeños». Entre ellos, destaca la labor del psiquiatra Javier García-Campallo, del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, que está introduciendo mindfulness en la atención primaria, y Joaquim Soler, del Hospital Sant Pau de Barcelona, que enseña estas técnicas a pacientes con trastornos de personalidad o trastornos alimentarios graves.
En educación para aumentar la concentración, mejorar los problemas de comportamiento... En este momento, ya existen algunos estudios que evidencian empíricamente los efectos positivos de Mindfulness en personas con TDAH: mejora de la capacidad atencional, aumenta la concentración, mejora de la memoria, promueve y aumenta la autorregulación y el autoconocimiento, favorece la empatía, la regulación de la activación fisiológica, etc.
http://tdahvitoriagasteiz.com/2013/06/24/cuatro-simples-pasos-para-romper-con-la-hiperatencion-negativa/
Los adultos con TDAH tenemos el don, y a la vez el maleficio, de la hiperatención.
La hiperatención es esa capacidad especial de concentrarnos en algo con tal intensidad que, en esos momentos, el resto del mundo desaparece.
Es lo contrario del aburrimiento. En lugar de tener dificultades para empezar algo o concentrarse en ello, la persona con TDAH hiperatenta no consigue desviar la atención del tema que le interesa.
La hiperatención puede ser muy buena. Si te interesa mucho aquello en que estás concentrado, o si tienes que cumplir un plazo inminente, la hiperatención es una ventaja.
Puede ayudarte a realizar una tarea difícil, como un informe de tu trabajo o un problema doméstico que debes solucionar.
También puede ser enormemente útil en momentos creativos en los que tus ideas fluyen y disfrutas escribiendo, pintando, modelando o en cualquier expresión artística. A esta hiperatención positiva yo le llamo fluir. Disfrutas de lo que estás haciendo –sea trabajar, resolver problemas o crear. Eres productivo y disfrutas, no sólo con lo que haces, sino también del hecho de progresar. Tus pensamientos y tus acciones fluyen.
Sin embargo, la hiperatención también puede ser mala.
Como adulto con TDAH, caes a menudo en un estado de hiperatención cuando no puedes quitarte de la cabeza un problema o una situación, lo que te causa más estrés. Puede pasarte escribiendo una redacción para la escuela, intentando resolver un problema en el trabajo, tratando de arreglar un aparato estropeado, o incluso navegando por Internet.
A la hiperatención negativa yo le llamo atascarse.
Se trata, en realidad, de incapacidad para desviar nuestra atención y de la frustración que eso produce.
Te sientes como pegado a aquello que intentas hacer.
Quieres terminarlo o desistir, pero la frustración te impide hacerlo.
Te empeñas en hacer, cueste lo que cueste, aquello que te proponías (el perfeccionismo causa a menudo hiperatención negativa).
En este estado, sigues diciéndote: “Sólo dos minutos más. Tengo que conseguirlo.” Pero nunca son sólo dos minutos. Tus pensamientos y tus actos están bloqueados. No hay ningún avance que te anime. Te sientes obligado a terminar lo que te proponías a toda costa, perdiendo horas de sueño, saltándote comidas y poniendo en peligro tu equilibrio mental.
En resumen, la hiperatención positiva es buena y te hace feliz. La hiperatención negativa es mala y te estresa.
Es muy difícil romper con la hiperatención negativa. Se necesita mucha conciencia de ello y una buena dosis de reflexión racional. Es esencial que te obligues (sí, que te obligues) a salir del atasco, parando y relajándote, para romper el patrón. Es bueno recordar que, en ese estado estresado y frenético, los objetivos que consigas serán seguramente inferiores a los que conseguirías estando relajado. Trabajar sereno y centrado producirá, con seguridad, mejores resultados que hacerlo estresado y frenético. La próxima vez que te sientas hiperatento, detente a comprobar si estás fluyendo de forma maravillosa o estás atascado por el estrés.
Sigue estos sencillos pasos:
1. Pregúntate a ti mismo: - ¿Estoy contento con lo que estoy logrando, o estoy simplemente estresado? - ¿Debería estar haciendo otra cosa, como comer, acudir a una cita o irme a la cama? - ¿Es tan importante eso que estoy haciendo? ¿Tendrá consecuencias graves no hacerlo “ahora mismo”?
2. Si constatas que estás estresado, que deberías estar haciendo otra cosa o que estás perdiendo tiempo en algo que no tiene importancia, entonces estás atascado en la hiperatención negativa. Cierra un momento los ojos y respira tres veces profundamente. Esto aumentará el flujo de oxígeno y relajará tus músculos y tu ritmo cardíaco.
3. Piensa de manera racional. Recuerda que: - Serás capaz de hacer frente a este problema más rápido y con mucho menos estrés cuando te sientas descansado, tranquilo y centrado. - Tu hiperatención en este problema te produce estrés, que aumenta tus dificultades debidas al TDAH. - Para romper con este patrón negativo, debes ponerte a hacer algo diferente.
4. Ahora, oblígate a dejar lo que haces. Sí, oblígate. En ese momento, dejarlo resulta difícil. Pero luego se te hará más fácil y te sentirás mejor, especialmente si vuelves a analizar la situación y descubres que estabas dedicando una hiperatención negativa a algo que, en realidad, no tenía importancia. Recuerda, la hiperatención puede ser un recurso fantástico, ¡pero sólo si la controlas!
La creatividad es el tesoro que esconden muchos adultos con déficit de atención, demasiadas veces escondida detrás de la desorganización crónica, el desorden, la baja autoestima, el consumo de sustancias, la depresión y/o la ansiedad.
Pero, ¿Qué es la creatividad?
El psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, autor del best-seller Fluir ha dedicado buena parte de su investigación a estudiar a las personas creativas. Según este investigador, "Si hay una palabra que hace a las personas creativas diferentes a las demás es la palabra complejidad. En vez de ser un individuo, son multitud."
Esta complejidad significa que son capaces de expresar todos los rasgos que están potencialmente presentes en el repertorio humano. La mayoría de las personas expresan un solo extremo, pero las personas creativas se mueven de un extremo a otro, según lo requiera la situación. Así, pues se trata de personas con gran capacidad de adaptarse a diferentes situaciones y manejarlas con lo que sea necesario para alcanzar sus metas.
La paradoja de la personalidad creativa
Las personas creativas resultan paradójicas, en el sentido de que en ellas existen simultáneamente características que pueden ser opuestas. "La creatividad permite la paradoja, la luz, la sombra, la inconsistencia, incluso el caos; y las personas creativas experimentan ambos extremos con la misma intensidad".
Por tanto, se trata de personas que pueden tener un nivel muy alto de energía, alternando con periodos de gran calma y quietud. Tienen gran capacidad de concentración y pueden trabajar muchas horas. Pero los periodos de actividad van seguidos de periodos de inactividad o tranquila reflexión que resultan muy importantes, porque de ellos nace el siguiente proyecto.
Son introvertidos y extrovertidos a la vez, puesto que necesitan soledad pero también necesitan estar con gente.
Son capaces de utilizar tanto un pensamiento divergente (es decir, el pensamiento más intuitivo y visionario, capaz de generar muchas ideas, de cambiar de una perspectiva a otra, de hacer asociaciones de ideas inusuales), como un pensamiento convergente (el pensamiento más lógico y racional destinado a solucionar problemas que tienen una solución concreta).
Pueden tener una autoestima elevada o incluso resultar arrogantes en ocasiones, junto con dudas acerca de sí mismos y baja autoestima.
Pueden ser, por una parte, rebeldes e independientes y, por otra parte, tradicionales y conservadores.
Tienden a conservar la ingenuidad de la infancia, y cierto toque de inmadurez, junto con una sabiduría especial, siendo capaces de sorprender con ideas profundas y originales.
Alternan entre imaginación y fantasía por un lado, y un gran sentido de la realidad, por otro.
Aunque su naturaleza especialmente sensible los expone a sentir un alto grado de sufrimiento, son capaces de sentirse también tremendamente felices. La felicidad alterna en ellos con la desesperación.
La androginia en la persona creativa
Un aspecto a destacar de las personas creativas es que están más allá de los estereotipos de género, compartiendo características de ambos sexos. Es decir, suele tratarse de personas bastante andróginas, de manera que además de tener las cualidades que se consideran típicamente femeninas en un alto grado (sensibilidad, empatía, compasión), también presentan en gran medida características que se consideran típicamente masculinas, como una buena dosis de energía, independencia y autonomía.
Por ejemplo, en los estudios realizados por Csikszentmihalyi, las mujeres creativas puntuaban alto en las escalas que medían dominancia y motivación y rechazaban valores tradicionalmente femeninos como la pulcritud. Al mismo tiempo, los hombres creativos puntuaban alto en las escalas de sensibilidad y valores estéticos y tendían a rechazar rasgos típicos masculinos como la bravuconería.
Es decir, se trata de personas que no se dejan llevar por los estereotipos sociales o por lo que la sociedad espera que sea y haga en función de su género, sino que exploran cualquier posibilidad, ya sea considerada masculina o femenina por la sociedad, sin tener muy en cuenta las imposiciones sociales. Esto los hace más capaces de quedarse con lo mejor de ambos sexos y les da una mayor libertad para ser ellos mismos y expresar su creatividad.
Es realmente difícil que alguien llegue a ser una persona creativa si está demasiado preocupada por ser como los demás esperan que sea, por comportarse como lo hace todo el mundo y por ser uno más, sin ser diferente en nada. Las personas creativas no tienen miedo de ser diferentes.
Pero quizás, el rasgo más destacado, según Csikszentmihalyi es su capacidad para disfrutar del proceso de creación por sí mismo, no para alcanzar un objetivo, sino porque les importa más el proceso que el hecho de terminar lo que están haciendo.
¿Tendrá como ventaja el TDAH más creatividad?
Según algunos investigadores, los problemas de concentración en realidad podrían ayudar a los que tienen el trastorno a pensar de manera alternativa. El camino sería una creatividad encausada.
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