La apatía y falta de interés persisten en los adolescentes y adultoscon trastorno por déficit de atención e hiperactividad. FUENTE: JOURNAL OF ATTENTION DISORDERS. 2010 MAR
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) sueleidentificarse con los chicos inquietos pero un reciente trabajopublicado en la revista “Journal of Attention Disorders” ilumina unacara menos conocida del mismo problema cuando persiste en laadolescencia o en la adultez: la apatía o la falta de motivación. "Cuando los chicos crecen, muchas veces desaparece un síntoma que esel que más «ruido» hace en la infancia: la hiperactividad, la conductaagitada, que lo hace muy visible", explica el doctor FernandoTorrente, jefe de terapia cognitiva del Instituto de NeurologíaCognitiva (Ineco), primer autor del trabajo. "Pero la desatención y la impulsividad y otras conductas más sutiles,como cambios repentinos de plan, desorganización del pensamiento en elmomento de ejecutar acciones cognitivas y motoras continúan. Lo quenosotros planteamos es que hay más que esos aspectos: el TDAH tambiénpuede presentarse con falta de motivación. Tanto déficit de motivaciónintrínseca, que es la generación interna de interés en la búsqueda deuna meta, como extrínseca, que es la capacidad de realizar esfuerzospara un logro posterior, a largo plazo. Y eso tiene un enorme impactoen el área educativa y laboral." Los científicos estudiaron con toda una batería de testsneuropsicológicos a 38 pacientes con TDAH y los compararon con 30individuos de control. Entre los primeros, observaron un importantenivel de apatía. Este efecto fue aún más notorio en un subtipo deltrastorno denominado "puramente inatento", que no presentahiperactividad, y estos valores se relacionaron a su vez con unfuncionamiento intelectual más pobre y déficits cognitivos másacentuados. "Este trastorno presenta una gran paradoja clínica, explica el doctorFacundo Manes, director de Ineco y del Instituto de Neurociencias dela Fundación Favaloro, además de coautor del trabajo: si bien es elproblema más comúnmente diagnosticado en la infancia; en laadolescencia y en la adultez, ocurre exactamente lo contrario, suelepasar desapercibido. Sin embargo, existen estudios confiables quemuestran que más de la mitad de las personas diagnosticadas de maneracertera en la infancia siguen presentándolo en la adultez." El dato no es menor, porque entre quienes lo padecen en laadolescencia y en la adultez se asocia con enormes problemas en elrendimiento académico y laboral. Por el contrario, cuando se realizaun correcto diagnóstico y se ofrece un tratamiento adecuado, lasposibilidades de mejorar el funcionamiento de estas personas seamplían notablemente, según explica el especialista. "Además de sus implicancias conceptuales, este trabajo es alentador enel aspecto terapéutico, coincide Manes. Si la motivación estáinvolucrada en parte de las dificultades atribuibles a este trastorno,la posibilidad de mejorar el rendimiento aumentando la motivación seconvierte en una hipótesis plausible. Dado que desde el punto de vistapsicológico y social la motivación depende de la sumatoria deaprendizajes exitosos a lo largo de la vida y de la influencia delentorno, estos resultados sugieren que los tratamientos psicológicosde tipo cognitivo-conductual utilizados para estas dificultadestambién pueden ser útiles para aumentar la motivación en estospacientes a lo largo del tiempo." http://www.psiquiatria.com/noticias/hiperactividad/diagnostico/46920/
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