“Las
comidas largas crean vidas cortas" François
Rabelais
En este artículo hablaremos
sobre:
- Polémicas sobre TDAH y
alimentación
- La dieta de la
eliminación
- La dieta del índice
glucémico
- Omega 3
- La creación de un dieta
TDAH
Aunque la medicación
constituye el mejor tratamiento en términos de magnitud en efecto, no todos los
casos los requieren, no todas las personas lo aceptarán y no será la adecuada
para todos los adultos con déficit de atención.
Es
posible que para algunos adultos TDAH, con la intervención psicológica sea
suficiente. En caso que no lo sea, hay ciertas pruebas de que un cambio en
hábitos alimenticios pueda aliviar los síntomas.
Las dietas de eliminación y el
TDAH
Empezaremos por la dieta de
eliminación específica, que es utilizada en niños fundamentalmente y hay ciertas
pruebas de su de
la eficacia.
Esta dieta es parte del
tratamiento multimodal de Peter Hill (Catedrático de Psiquiatría Infantil, Jefe
de la Unidad de TDAH en el Great Ormond Street Hospital for Children, de
Londres)
Esta dieta se basa en el
principio de suprimir todos los alimentos, excepto un pequeño número, comprobar
su efecto, y si se observa algún efecto positivo añadir paulatinamente otros
alimentos, observando la aparición de reacciones adversas. A continuación se
eliminarán de la dieta definitiva del niño los alimentos identificados de este
modo.
Puede ser polémico hacer
estos experimentos con la alimentación en niños que aún están en desarrollo y
siempre hay que asesorarse por un nutricionista. Sin embargo, es menos polémico
en adultos TDAH. Aunque existe testimonios de personas que han sido ayudadas
por la dieta de eliminación todavía falta investigación y pruebas empíricas que
avalen estos métodos.
A
continuación presentamos algunas recomendaciones de los “expertos” en el
tema:
Alergias a los alimentos
o aditivos
A
partir de 1975, el fallecido Benjamin Feingold, MD, un experto en alergias,
propuso que los colorantes artificiales, saborizantes y conservantes podría
conducir a la hiperactividad en algunos niños. Desde su teoría inicial, los
investigadores y expertos en conducta infantil han debatido acaloradamente el
tema. Un estudio reciente mostró que un poco de colorante y conservante
incrementó la hiperactividad en algunos niños. Sin embargo, los efectos de
varían de acuerdo con la edad y el aditivo.
Sobre la base de este y otros
estudios recientes, la Academia Americana de Pediatría está de acuerdo en que la
eliminación de conservantes y colorantes de alimentos de la dieta es una opción
razonable para los niños con TDAH. El doctor Daniel G. Amen, director médico de
la Clínica Amen, y autor de best sellers del York Times, recomienda a cualquier persona
con TDAH evitar estas sustancias:
- Colorantes
artificiales, especialmente el rojo y amarillo
- Los aditivos
alimentarios como el aspartamo, MSG (glutamato monosódico) y nitritos, algunos
estudios han vinculado la hiperactividad a la entrada del conservante benzoato
de sodio.
- Azúcar refinado. Algunos niños se vuelven
hiperactivos después de comer dulces u otros alimentos azucarados. Para una mejor nutrición en
general, los alimentos azucarados deben ser una pequeña parte de la dieta de
cualquier persona, y eliminar los alimentos
azucarados para un niño o adulto con TDAH puede ser un buen primer paso para ver
si los síntomas mejoran.
La dieta del índice glucémico
y el TDAH
De acuerdo con los que
defienden esta dieta para el TDAH, se ha descubierto que el cuadro clínico de
estos pacientes se exacerba al ingerir grandes cantidades de azúcares refinados
o carbohidratos vacíos, por lo que una buena alimentación juega un papel muy
importante en su salud y bienestar.
El
principio fundamental de la dieta del índice glicémico es consumir alimentos que
no alteran los niveles de azúcar en la sangre. Esta dieta se creó para ayudar a
las personas diabéticas a controlar esta enfermedad pero también se ha
demostrado muy eficaz para controlar la obesidad y para mantener la energía y la
concentración a un nivel estable durante el día.
¿Qué es el índice
glicémico o glucémico?
Se
parte de la idea general de que no todos los carbohidratos son iguales; los
simples (monosacáridos y disacáridos) y, por tanto, los alimentos que los
contienen (azúcar, miel, leche, fruta, zumos, dulces o refrescos) se asociaban a
un incremento de la glucemia en general más rápido y mayor que con los hidratos
complejos (polisacáridos).
Cada alimento tiene un índice
glicémico asignado. Este número determina la velocidad en la cual el alimento es
procesado por el cuerpo y los azucares contenidos son absorbidos por la sangre.
La
subida del azúcar en la sangre es lo que se llama índice glucémico. No sólo lo
dulce sube el azúcar en la sangre; también los carbohidratos que comemos se
convierten en glucosa, la fructosa de la fruta, los almidones del arroz, las
pastas, las patatas, etc.
Si
por ejemplo, comes un plato de pasta el nivel de azúcar en sangre se elevará, a
lo que le seguirá una liberación enorme de insulina para contrarrestar esta
hiperglucemia. Este azúcar se almacenará en el hígado y en los músculos en forma
de glucógeno que se utilizará cuando sea necesario. Lo que nuestro cuerpo no
utiliza de energía se convierte en grasa, sin más.
Escoge siempre alimentos
integrales: clave para mantener a raya el
apetito
Alimentos similares pueden
tener diferentes efectos en el nivel de azúcar y entonces se separan en
alimentos de absorción lenta o rápida. Los de liberación rápida incluyen pan
blanco, arroz blanco, bollos, miel, que suben el azúcar tan rápido como un
cohete. Dan un subidón de energía rápido que nos hace sentir bien durante un
momento muy corto, porque se acaba igual de rápido y es seguido por un bajón de
energía.
Los
hidratos de absorción lenta, propuestos por la dieta del índice glucémico, tales
como la pasta integral o arroz integral suplementan energía estable durante un
período de tiempo más largo, y por lo tanto ayudan en el balance de azúcar de la
sangre que nos permite estar concentrados y con energía más tiempo. Esto también
se deduce en que tengamos el apetito más controlado porque no habrá bajones que
nos envíen la señal de que necesitamos subir el azúcar (la glucemia) con más
comida.
La pauta básica para
seguir la dieta del índice glucémico es estabilizar tu nivel de
azúcar
Reduce la cantidad total de
hidratos en tu dieta, o sea: menos pan, menos azúcar, menos arroz, pasta,
galletas, etc.
Combina hidratos de carbono
con proteínas y grasas buenas. Por ejemplo: la verdura acompañada de un poco de
proteína animal (pollo, pescado) o una fruta con frutos
secos.
No
cocines demasiado tiempo las verduras porque se produce un efecto pre-digestión
que eleva el índice glucémico. Este es el caso de las patatas, cuanto más
hervidas más alto su índice glucémico. Si las dejas enfriar tienen un índice más
bajo. Puede por ejemplo preparar una ensaladilla con patatas y una poca
mayonesa.
Los
alimentos integrales son mejores para seguir la dieta del índice glucémico
porque su alto contenido en fibra enlentece la liberación de
azúcar.
¿De qué nos puede servir
controlar nuestro índice glucémico?
Las
bajadas fuertes de azúcar son las que dañan tus arterias, haciéndolas que
respondan menos a la insulina, y te dejan cansado, somnoliento, y deseando
dulces o estimulantes nuevamente.
Siguiendo las pautas o dieta
del índice glucémico:
- Perderás peso sin
tener que contar calorías ni estar desesperado hasta la próxima comida.
- Tendrás energía
estable a lo largo del día sin la necesidad de picar a cada rato para seguir
tirando. Esto significa que se reduce la ansiedad de comer a todas horas.
Además es una dieta fácil de
seguir. Puedes cocinar las cosas que preparas normalmente pero en vez de arroz,
pasta, pan y patatas combinarlo con, por ejemplo, una ensalada fresca, col
blanco rallado, broccoli o coliflor.
Para empezar con la dieta la
primera semana puedes ser un poco más restrictivo/a con lo que comes. Te da un
efecto choque y tu cuerpo se acostumbrará más rápido a la nueva
dieta.
Come todo lo que quieras de
esto:
Proteínas como carne roja,
pescado, ave, mariscos y huevos.
Grasas; come con moderación
una mezcla de grasas saturadas e insaturadas. Come sobre todo grasas naturales
como las que se encuentran en aceita de oliva, nueces y frutos secos, aguacate,
yogur y nata natural.
Todas las verduras como por
ejemplo espinacas, berenjena, calabacín, coliflor, broccoli, pimentón, apio etc.
También en una cantidad inferior las zanahorias y otros tubérculos crudos.
Come un poco de
esto:
Arroz y pasta
integral
Pan
integral, fino y crujiente.
Legumbres
Patatas
(frías)
Nueces, almendras y avellanas
Avena o
muesli
Frutas como manzana, pera,
naranja, mandarina, frutos rojos etc
Evita
esto:
Arroz y pasta
Pan
blanco
Maíz
Comida frita (patatas, pescado
etc)
Productos
“light”
Bebidas y zumos
azucarados
Cerveza y alcohol
fuerte
Galletas, dulces, pastas y
barras de chocolate
Frutas con alto contenido de
fructosa, como el plátano, la piña y las uvas
Obstáculos
Potenciales
¿Cómo evitar las
tentaciones?
Lo
primero te recomendamos hacer una limpieza de la nevera y a despensa y quitar
todo tipo de tentaciones.
Nuestro cerebro reacciona a
las sensaciones (olor, vista, oído, sabor y tacto) y inicia los sentimientos que
a su vez nos lleva a una conducta u otra. Ver un trocito de pizza en la nevera
nos despierta la sensación de hambre, y quizás nos da pena dejarlo allí o
tirarlo, y sin pensar dos veces lo hemos comido.
¿Qué debemos eliminar de
la nevera y despensa?
Pasteles, dulces y chocolate
Comida prefabricada como por
ejemplo pizzas.
Bebidas azucaradas, ten
cuidado con los zumos, muchas veces contienen mucho azúcar
añadido.
Todo lo que pone “sin azúcar”
normalmente contiene edulcorantes artificiales que aumentan el apetito.
Patatas fritas y otra comida
chatarra
Productos marcados “light” o
“sin grasa” – es mejor comer grasas naturales en cantidades
controladas
Salsas y productos con azúcar
escondido como por ejemplo kétchup, mira la tabla del contenido de los envases
para encontrar los carbohidratos escondidos.
Consejos para el
éxito:
- Toma un vaso de agua
antes de cada comida para evitar comer demasiado.
- Come despacio. Puede
utilizar la técnica de mindfulness.
- Come siempre tres
veces al día y prepara “snacks” sanos por si te entra ganas de picar entre
comidas, por ejemplo palitos de zanahoria, pepino o apio, un trocito de queso o
nueces o avellanas.
- La cantidad de
comida en el plato de la cena debe ser la mitad de la comida al medio día si tu
objetivo es bajar de peso.
- Si todavía sientes
hambre después de comer, toma un vaso de agua o una infusión y espera 10
minutos. Te darás cuenta si realmente tienes más hambre o en realidad es un
capricho.
Recuerda que la primera semana
que sigues la dieta puedes sentirte más cansado/a de lo normal mientras tu
cuerpo está acostumbrándose al cambio. Es más lento para el cuerpo utilizar la
grasa como energía en vez de los carbohidratos. Después de una semana notarás la
diferencia y tu nivel de energía aumentará.
¿Y el famoso
Omega3?
El
consumo de Omega 3 ayuda a combatir el déficit atencional de los niños, según
varios estudios. En adultos no se han realizado
investigaciones.
El
consumo habitual de Omega 3 asegura una mejor concentración de los niños y
combate el déficit atencional, según constataron investigadores de la
Universidad de Harvard y Berkeley.
Al
analizar la sangre de niños que sufren Trastornos por Déficit Atencional e
Hiperactividad (TDAH) con algunos menores que no padecen estos trastornos, los
especialistas comprobaron que los niños que están afectados por estos problemas
tienen en su cuerpo niveles más bajos de ácidos grasos Omega
3.
En
el estudio concluyeron que los ácidos grasos Omega 3 son necesarios para el
normal funcionamiento de los ojos y de la corteza cerebral, la región del
cerebro que maneja las funciones superiores tales como el razonamiento y la
memoria.
Además, comprobaron que la
ingesta de Omega 3 ayudaría a prevenir alergias, asma, dolores de cabeza y de
estómago, infecciones del oído y, la piel seca de los niños y jóvenes que
presentan Trastornos por Déficit Atencional e
Hiperactividad.
Este descubrimiento es
importante, sobre todo si se considera que entre un 60% a un 70% de los menores
afectados continúan con el trastorno una vez que se convierten en adultos, lo
que tiene un alto impacto en la sociedad, en términos económicos, estrés
familiar, conflictos escolares y/o dificultades en el
trabajo.
A
estos antecedentes se suma la noticia de que la EFSA, máxima autoridad europea
encargada de velar por la seguridad alimenticia de la Unión Europea, reconoció
este año que además de lo anterior, el Omega 3 de la semilla de chía- conocido
bajo sus siglas de ALA- ayuda al desarrollo cerebral de los
niños.
Tareas de
refuerzo. Si quieres comprender.
Haz!
Creación de su propia Dieta
TDAH
Entonces, ¿cómo armar una
dieta TDAH para ti o a tu hijo/a? El primer paso es asegurarse de hablar con el
médico que se encarga de tratar tu TDAH o el médico de tu
hijo/a.
El
médico es la persona mejor calificada para juzgar si los cambios que quieres
hacer pueden ser eficaces para ti o para tu hijo/a y te puede ayudar a controlar los cambios a tu
dieta para asegurarse de que realmente ayudan.
Una
vez que tu médico esté a bordo, entonces estás listo para dar el siguiente
paso.
Ya
sea que tu estás cambiando tu comida, la adición de suplementos o eliminar los
alimentos de tu dieta, he aquí algunos consejos para ayudar a realizar los
cambios con éxito:
- Haz los cambios poco
a poco - por lo general de uno en uno. De esta manera se puede comprobar si el
cambio ayudó o no.
- Asegúrate de que te
adhieres a la dieta lo suficiente para ver los cambios. Esto puede tomar un mes
o más. No te rindas demasiado pronto, pero también, no te adhieras a un plan que
no está funcionando.
- Mantén un registro
de los cambios y los efectos, al igual que si se tratara de tomar medicamentos
para el TDAH. Incluye lo que cambió, cuando lo hizo, y los efectos - positivos y
negativos - que haz notado.
Y por fin, no te olvides de
estas otras medidas para ayudar con el TDAH:
- Regularmente toma la
medicación que se ha prescrito para el TDAH.
- Duerme lo
suficiente: al menos siete a ocho horas cada noche.
- Obtén ejercicio
regular: por lo menos 20 a 30 minutos la mayoría de los días de la
semana.
- Aprender las
técnicas de respiración profunda para ayudar con la ansiedad y la ira.
- El entrenamiento en
relajación y la meditación pueden ayudar a enfocar aumento y la concentración,
así como reducir la distracción.
Por
encima de todo, cuanto más sabe acerca de su propio TDAH y su salud en general,
mejor podrá evaluar qué tratamientos - incluyendo cambios en la dieta - podrían
ayudar.
Con
el tiempo, se puede determinar si ciertos alimentos, aditivos o suplementos
hacen los síntomas del TDAH mejor - o peor.
http://www.atencion.org
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