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miércoles, junio 30, 2010

POLÉMICA: LA HIPERACTIVIDAD


La vida de un niño hiper-activo está llena de frustraciones. Siente que hace todo mal: o llega tarde a clase, o ha hecho tres ejercicios que no eran los que debía, o no puede controlar la emoción que trae del partido de fútbol y empuja en la fila, o cree que va a tener un ocho pero saca un tres, o molesta, o se entromete, o se equivoca, o se anticipa, o pisa todos los charcos sin control, sin querer y sin medir las consecuencias. «Mi hijo se ha pasado su vida en los pasillos. Los compañeros se metían con él, también los otros padres, y los profesores lo castigaban sin recreo y sin excursiones –explica Adela Tortosa, madre de un chico hiperactivo de 17 años–. Hemos pasado por 11 colegios, cuatro de ellos fuera de España, y lo único que buscábamos era que alguien advirtiera que mi hijo no era un cafre ni un maleducado ni un hijo de puta. Buscábamos sólo un poco de comprensión para un niño con dificultades.»

Se calcula que entre el tres y el seis por ciento de la población escolar sufre un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), un estigma que, en ocasiones, se aplica como sinónimo de fracaso y un futuro de drogadicción, accidentes de tráfico y embarazos prematuros. Sin embargo, este supuesto destino fatal entra en contradicción con casos como los de Michael Phelps, Fernando Verdasco o Luis Rojas Marcos, en su infancia hiperactivos y hoy hombres de éxito, que han abierto un debate sobre si el TDAH significa una vida de limitaciones o puede tener su lado positivo.

«La sintomatología del TDAH mejora con la edad –afirma Isabel Orjales, especialista en el trastorno y profesora de Psicología de la UNED–. Un niño con trastorno de déficit de atención que llega mínimamente sano y preparado a la edad adulta tiene muchas posibilidades de adaptarse y compensar los síntomas del trastorno eligiendo una profesión para la que el ser caótico, impulsivo y compulsivo sea una ventaja. Un TDAH puede no tener precio como creativo publicitario: genera más ideas que nadie y tiene una visión diferente de las cosas. Ahora bien, si la campaña depende de él, quizá no se cumplan los plazos ni los presupuestos, así que debe apoyarse en colaboradores.»

En Estados Unidos, un estudio reciente ha encontrado que al 35 por ciento de los pequeños empresarios se les diagnosticó TDHA en su infancia. Sus rasgos hiperactivos los han ayudado a ser mejores comunicadores, a tener más capacidad para resolver problemas y a soportar sin dolor de cabeza los viajes transoceánicos. Y es que, según Orjales, las dificultades para someterse a las normas y a los horarios, combinado con su energía y su capacidad de iniciativa, puede llevar a que muchos afectados decidan crear su propia empresa. Otros, sin embargo, sienten que sólo pueden funcionar en empresas con una estructura rígida de funcionamiento que los ayude a organizarse.

En busca de versiones alentadoras de lo que, hasta ahora, se había catalogado exclusivamente como un problema psicológico y neuronal, el divulgador científico Tom Hartman ha creado la `teoría del granjero y el cazador´, según la cual el TDAH fue originalmente un modelo comportamental que dotaba al cazador de ventajas comparativas respecto de sus congéneres, tales como un temperamento incansable, enérgico, explorador, sensorialmente hipervigilante y rápidamente predispuesto a huir o a plantar cara y enfrentarse frente al peligro. Estas características, según Hartman, habrían resultado biológicamente valiosas antes de que la agricultura modelara hábitos de vida sedentarios entre los humanos, que desaprueban la inquietud y la impulsividad. Sin embargo, el doctor Fernández Jaén, jefe de la unidad de Neurología Infantil de hospital Quirón, en Madrid, considera estos argumentos una barbaridad: «Sobre todo porque para cazar hace falta ser previsor, sigiloso y trabajar en equipo, mientras un TDAH se lanzaría a por el animal a pecho descubierto. Un trastorno como éste no le da un plus a nadie, pero eso no significa que un hiperactivo sea incapaz de ser un gran matemático. No son discapacitados ni hay que tratarlos como tales: tienen una dificultad sobre la que hay que trabajar y que se debe compensar».

Miguel tiene 18 años y es paciente del doctor Fernández Jaén desde los 13, cuando le diagnosticaron un TDA (sin hiperactividad asociada). Cada mañana toma un café con leche y su dosis diaria de Concerta, un fármaco que lo ayuda a concentrarse y que le permitirá, dice, terminar la carrera de Ingeniería Aeronáutica. «Tener TDA implica que debes esforzarte más –comenta Miguel–. Tengo mucha dificultad para prestar atención a cosas que no me gustan, pero si algo me encanta, como la física o la electrónica de la comunicación, no me cuesta concentrarme. Si tú quieres, puedes: eso es lo que me han inculcado mis padres.»

¿Cómo es posible que un chico con dificultades de atención pueda estudiar Ingeniería Aeronáutica? «Porque el trastorno dificulta la realización de unas habilidades determinadas, pero no incapacita para otras para las que los hiperactivos están quizá muy capacitados. Por eso podemos verlos en unos momentos tan `concentrados´ en un tema y en otros absolutamente dispersos, incapaces de centrarse en un estímulo.»

El problema es que muchos chavales con TDAH no llegan a mostrar sus habilidades porque se quedan atascados en el filtro escolar. Sin embargo, según Isabel Orjales, es muy posible que encuentren más fácil estudiar una carrera que haber `sobrevivido´ a la secundaria: «En la universidad, su asistencia irregular no está penalizada, a nadie le importa que utilice apuntes fotocopiados para el estudio y, aunque sigan teniendo problemas de atención y memoria, les resulta más fácil perseverar en el estudio de materias que han elegido. Además, la mayor parte de las veces, la nota depende de un único examen (muchos hiperactivos son capaces de aprobarlo con un trabajo intenso de última hora), no como en el colegio, donde se exige un rendimiento más homogéneo y continuado. Y para los que tienen problemas para expresarse organizadamente por escrito, los exámenes tipo test, más frecuentes en la universidad, les resultan más sencillos». Y es que, según Adela Tortosa, el apoyo de la escuela es vital para que un hiperactivo salga adelante: «Los TDAH son incapaces de elegir, se bloquean y los ayuda mucho algo tan sencillo como que en un examen de matemáticas les den cada problema en una hoja. Para ellos, todo lo que puedan hacer oralmente o tipo test, siempre mejor que por escrito».

Para un hiperactivo es muy importante conseguir la experiencia de que hay algo en la vida que hace bien, tanto como entrenar aquellos aspectos en los que tiene dificultades. «Al igual que los niños con la autoestima baja –explica Isabel Orjales–, los TDAH no quieren hacer nada por miedo a fracasar, pero si son buenos en algo, no quieren dejar de hacerlo.» Al igual que Phelps, son competitivos porque necesitan medallas y se entregan con pasión a aquellas tareas en las que pueden conseguir el aplauso de un profesor, de un monitor o un padre. «Son muy dependientes emocionalmente. En edades en las que un niño ya se siente satisfecho con el dibujo que ha hecho, el hiperactivo necesita levantarse y enseñárselo a su profesor: busca desesperadamente la aprobación de los demás.»

Lo cierto es que muchos hiperactivos tienen una energía desbordante que puede canalizarse a través del deporte, pero eso no significa que vayan a convertirse en deportistas de élite. «Cada TDAH es diferente y hay que escuchar muy bien cuáles son sus preferencias –sugiere la psicóloga–. Si lo llevas a una clase de natación con otros 15 chicos, quizá sienta el mismo estrés para sujetarse a sí mismo que en el colegio. A veces es preferible que vaya dos veces al mes, pero esté solo, o que estudie un idioma raro y pueda ser el mejor porque no tiene competencia.»

Y es que muchos expertos también hacen hincapié en que modelos como el de Verdasco no deben crear falsas esperanzas. «Redefinir el TDAH como un don sería un error –dice Natalie Knochenhauer, fundadora de la organización americana ADHD Aware y madre de cuatro niños hiperactivos–. No puedes tener una discapacidad que necesita adaptación en la clase y, al mismo tiempo, decir que tienes suerte. Hay miles de niños ahí fuera luchando por salir adelante con TDAH y no podemos engañarles ni contarles un cuento de hadas. Sinceramente, creo que Michael Phelps es un gran nadador con TDAH, pero no un gran nadador porque tiene TDAH.»

«El reto –añade Isabel Orjales– es que lo que hoy consideramos un trastorno en un niño porque tiene unos síntomas que provocan desadaptación, en el futuro se consideren simplemente rasgos de su personalidad: un ‘ya sabes cómo es Paco…’. Hay que dar a los TDAH el mensaje claro de que tienen una diferencia, no una enfermedad, y que Michael Phelps es sólo uno de los miles de niños con hiperactividad que se han convertido en adultos de éxito.»
Isabel Navarro

Fuente: http://xlsemanal.finanzas.com/web/articulo.php?id=41378&id_edicion=4007&salto_pagina=0

Dos áreas del cerebro podrían permanecer desconectadas en el TDAH

En el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), dos áreas del cerebro podrían no lograr conectarse cuando los chicos intentan realizar una tarea que requiere su atención, sostiene un estudio realizado en Estados Unidos.
Es la primera vez que tenemos evidencia directa de que esta conectividad está ausente en el TDAH, dijo Ali Mazaheri, del Centro Davis para la Mente y el Cerebro de la Universidad de California.
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es uno de los problemas neurológicos del comportamiento más comunes en los niños. Los chicos con este problema se caracterizan por la falta de atención, la impulsividad y la hiperactividad. Estos síntomas les generan problemas en muchas circunstancias, como en su propia casa, en el colegio y en la forma de relacionarse con los amigos.
El tratamiento apunta a aliviar los síntomas y a mejorar su capacidad de atención. Según cada caso en particular, los profesionales pueden aconsejar diversos tipos de psicoterapias y entrenamientos, así como medicamentos. En muchas ocasiones se opta por combinar estas opciones.
El alerta para atender
Los investigadores de la Universidad de California trabajaron con chicos sanos y con TDAH. Los dos grupos de niños debieron resolver una prueba simple de atención mientras se medían sus ondas cerebrales.
El test podía implicar ver o escuchar, pero la clave estaba en que antes de empezar los científicos mostraban a los niños una V o una A, avisándoles de antemano que la prueba que iban a enfrentar era visual (V) o auditiva (A).
Mazaheri explicó que, en un chico sano, la parte frontal del cerebro humano alerta a las otras regiones ante la señal de la V o la A, para prepararlas para prestar atención adecuadamente. Cuando una parte del cerebro responde a esta alerta, entonces deja de emitir ondas alpha. Por el contrario, sigue emitiendo este tipo de ondas cuando continúa desconectada del resto del cerebro.
Los investigadores notaron que esta disminución en las ondas alpha no se registró en los niños con TDAH. Mazaheri sostuvo que esto indica una desconexión entre la parte del cerebro que aloja la atención y las regiones que procesan la información visual. El cerebro de los chicos con TDAH aparentemente se prepara de manera diferente para prestar atención a los estímulos que llegan de afuera, concluyó.
Más información en http://www.neomundo.com.ar/

jueves, junio 24, 2010

El entrenamiento psicológico para jóvenes y adultos con Déficit de atención con o sin Hiperactividad TDAH.

El coaching TDAH es una disciplina emergente que busca ayudar a los individuos a alcanzar sus metas en la vida. Se pretende que la relación de coaching TDAH ayude a las personas a alcanzar mejores resultados en sus vidas: académicamente, profesionalmente, socialmente o en cualquier área de la vida que deseen mejorar. Por medio de la asistencia y el apoyo individualizados, los coaches ayudan a las personas a concentrarse en el lugar en donde se encuentran al presente, a dónde quieren llegar y cómo pueden llegar allí. Aristóteles afirmo que el éxito no es un acto, sino un hábito. El nuevo siglo ha despertado con el resurgir de la misma idea, ahora bautizada con el moderno nombre de coaching TDAH.La premisa fundamental que defienden los expertos en coaching TDAH es que el hombre tiene mucho más potencial del que aprovecha. El coaching TDAH se trata de un compendio de métodos de preparación mental para emprender iniciativas y conseguir metas potenciando los puntos fuertes de las personas.Los obstáculos nos deberían hacer reconocer que ignoramos algo, un procedimiento, un modus operandi, sin embargo uno de los principales impedimentos para lograr nuestros objetivos es que la gente siente vergüenza a pedir ayuda cuando no entiende algo. Muchos adultos pasamos buena parte de la vida fingiendo que sabemos realizar las cosas, que controlamos la situación. Abrirse al aprendizaje comienza con el valor de reconocer nuestra ignorancia en algunos temas.La primera mención del coaching aplicado a personas con el Problema por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) aparece en el libro Controlando la Hiperactividad, cuyos autores son Edward M. Hailowell and John J. Ratey; allí se dice que el objetivo del entrenador o coach es ayudar al cliente a dejar de lado una serie de hábitos perjudiciales y reemplazarlos por conductas que le faciliten cumplir con sus obligaciones y propósitos. Es preciso subrayar que el coaching está avalado como parte de la terapia cognitivo conductual. En este sentido, puede entenderse el coaching como una forma de intervención psicológica. Así, por ejemplo, la modificación de conducta tiene en alta estima la observación directa por parte del terapeuta en el contexto natural de la conducta y el cambio basado en acciones concretas. El movimiento del coaching psicológico en Europa está creciendo cada día más. Las últimas tendencias en este campo apuestan hacia la promoción de programas de coaching basados en la evidencia científica. La diferencia clave entre coaching y la coaching psychology es que ésta última incluye la aplicación de teoría psicológica. Como sabemos, el TDAH puede traer serias consecuencias en la vida de una persona si no es diagnosticado y tratado adecuadamente. Muchos estudios dan cifras alarmantes sobre la incidencia de niños, adolescentes y adultos con este problema, que presentan pobre desempeño escolar, abandono de escuela o universidad, problemas laborales y maritales, abuso de drogas, conductas antisociales etc. Gran parte de estos problemas se deben a la falta de capacidad que tienen estas personas para organizarse, medir las consecuencias antes de actuar o hablar, y controlar sus emociones, entre otras características propias del Problema por Déficit de Atención con Hiperactividad.Por lo tanto, el Coaching para el TDAH busca ayudar a la persona a elegir su futuro, aprender nuevas habilidades y potenciar las que ya tiene. Para lograr esto se establece una sociedad entre la persona con TDAH y el coach, en la cual este último le da constante aliento y apoyo, además de brindarle una serie de estrategias que le permitan desenvolverse de manera asertiva y lograr su objetivo; es decir, se trabaja para que la persona incorpore a su vida una serie de hábitos productivos.Un punto importante del Coaching para el TDAH es despertar la conciencia de la persona sobre su problema para aprender a manejarlo y sobre las consecuencias de sus actos. Las personas con TDAH están cansadas de fracasar y muchas veces necesitan a alguien fuera del entorno familiar ante quien ser responsables de sus acciones. El coaching TDAH les ofrece esta posibilidad porque ayuda a contrarrestar la tendencia a sabotearse a sí mismas. Otras de sus contribuciones son dar estructura, responsabilidad, fijar metas, organizarse, establecer prioridades y manejar el tiempo de la mejor manera posible.El coaching del TDA/H busca atender los retos diarios de vivir con el TDAH. Un coach ayuda a las personas con el TDA/H a llevar a cabo las actividades prácticas de la vida diaria de una manera organizada, puntual y orientada a la meta. Por medio de una asociación cercana, un coach del TDAH ayuda al cliente a aprender destrezas prácticas y a iniciar el cambio en su vida diaria. Un coach puede ayudar al adulto con el TDAH a:• Mantener el foco • Traducir las metas en acciones • Establecer retroalimentación y aprender a usar las recompensas eficazmenteA través de las interacciones regulares, los coaches observan cómo los síntomas del TDAH afectan la vida de sus clientes y luego proveen entusiasmo, recomendaciones y técnicas prácticas para atender los retos especificos. Pueden ofrecer recordatorios, hacer preguntas o sugerir técnicas de manejo del tiempo. Los coaches hacen preguntas para ayudar al cliente a generar estrategias y a actuar sobre ellas. Ejemplos de tales preguntas son:¿Qué es lo que quiere?¿Cómo lo va a lograr?¿Cuánto va a tardar?¿Cómo puede activarse a si mismo para tomar acción sobre esta meta?¿Cuándo puede completarse esta acción?¿Qué pasos ha dado ya, y cuándo va a dar los pasos que faltan?Las reuniones regulares son una parte esencial del proceso de coaching. Estas sesiones pueden llevarse a cabo en persona, por teléfono o por correo electrónico, dependiendo de la preferencia del cliente. Sin embargo, antes de que el proceso de coaching comience, el cliente y el coach deben tener una sesión inicial que trabaje asuntos tales como las necesidades del cliente, las expectativas tanto del cliente como del coach y los honorarios. La primera sesión de coaching es una reunión a fondo, para hacer una evaluación de las necesidades del cliente, determinar las metas a corto y mediano plazo y desarrollar un plan de trabajo para alcanzar esas metas.Algunas de las razones por las que las personas con TDAH acuden a un coach son la necesidad de: organizarse, tener un mejor rendimiento académico, rediseñar su vida porque hay algo importante que desean cambiar, ordenar mejor su tiempo para poder ejecutar lo importante, mejorar sus relaciones sociales, tener un punto de vista objetivo sobre sus decisiones, obtener monitoreo sobre alguna actividad, diseñar un plan de acción sobre un punto específico..Obstáculos para el coachingHay varios asuntos que pueden complicar el proceso de coaching:• El cliente no puede usar estrategias sencillas a pesar de los recursos y recordatorios del coach.• El cliente tiene una condición psiquiátrica coexistente.• El cliente tiene circunstancias de vida estresantes.• El cliente tiene una enfermedad física seria.

Como puede mejorar el coaching la vidaTeniendo en cuenta que las personas somos seres multifacéticos que juegan diferentes roles en diferentes contextos, es importante que al mismo tiempo que nos centramos en las metas concretas que queremos conseguir, tengamos una idea general al menos de cómo esas metas encajan en la compleja estructura que es nuestra vida.Hay tres ámbitos principales a considerar, el de la organización personal, el relacional, y el laboral.El primero, la organización personal, es un factor de vital importancia ya que éste determinará la manera en que una persona se desenvuelve en los otros dos aspectos. Cada individuo posee esquemas de trabajo particulares, estos esquemas de trabajo comprenden la forma en que almacena y procesa la información que recibe, los estímulos ambientales que desencadenan respuestas, así como el repertorio de respuestas con que cuenta.Considerando que el TDAH trae consigo una serie de retos en cuanto a la forma en la que se procesa la información, es preciso mejorar este especto, y el primer paso para lograrlo es clasificando los aspectos problemáticos y trabajando cada uno de ellos de manera ordenada.Entre los principales problemas que se aborda a través del coaching del TDAH están la desorganización (cosas por hacer, prioridades, satisfacción de necesidades, etc.), el manejo ineficaz del tiempo, falta de concentración. Algunas de las herramientas que se pueden utilizar para mejorar la organización personal son: Listas de cosas por hacer, listas jerárquicas (empezando por las cosas más urgentes e importantes) y planificador personal. Recordemos que una persona con TDAH presenta problemas para organizarse y hacer planes, así que la idea es usar estas herramientas subsanar estas deficiencias.El segundo aspecto a considerar es el relacional, el cual comprende todo tipo de relaciones sociales, haciendo hincapié en las relaciones de amistad y en las familiares. Las personas con TDAH suelen tener problemas para relacionarse por su dificultad para mantenerse en un mismo “canal de comunicación” con sus interlocutores, lo cual les hace pasar de un tema a otro sin haber dado un mensaje claro. Esto puede hacerlos parecer groseros o desconsiderados, generando desconfianza o recelo a la hora de establecer relaciones. Dentro de la familia también pueden producirse tensiones ya que dada su falta de planificación y los frecuentes olvidos, el sujeto con TDAH suele descuidar obligaciones o compromisos familiares.El coach en este caso debe hacer una evaluación de las habilidades sociales del cliente a fin de detectar las necesidades de entrenamiento, es decir, el coach debe saber si se trata de una falta de habilidades sociales o por el contrario, que aunque el cliente en teoría sepa cómo debe comportarse su problema sea cómo y cuando emplear estas habilidades.Por último, está el aspecto laboral, las dificultades que las personas con TDAH tienen en el trabajo son numerosas, impuntualidad, retraso en las fechas de entrega, acumulación de trabajo, bajo rendimiento, son algunos ejemplos de ello, lo cual tiene como consecuencia despidos, abandono de empleos, y en general una gran inestabilidad laboral. Todo esto a su vez genera problemas financieros, ansiedad y frustración en el sujeto.En el ámbito laboral hay tres puntos básicos para trabajar. Mejorar las condiciones de trabajo eliminando cualquier fuente de distracción en la medida de lo posible; mejorar la planeación a través de la agenda y el diseño de hojas de ruta; Aprendiendo a clasificar (tareas, papeles, recursos) y ordenar, a fin de minimizar el tiempo y el esfuerzo que se emplea en recolectar información



Jorge Orrego BravoPsicólogo y terapeuta. Master Psicología Clínica, Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Especializado en déficit de atención. Clínica Sant Gervasi/www.atencion.org. Pionero en el tratamiento de adultos con TDAH en España.



Pablo Oromendia RodriguezPsicólogo y terapeuta cognitivo conductual, Estudios especializados en Psicología Clínica (UAB) ----------------------------------------------------------------------“Cuanta más alegría y buen humor gastamos mástendremos.”Ralph W. Emerson

miércoles, junio 23, 2010

REFLEXIONES SOBRE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES CON TDAH



Los niños con diagnostico de TDAH, presentan un nivel intelectual dentro del promedio poblacional, lo que implica que no deberían tener inconve-nientes en adquirir los aprendizajes necesarios, acorde a sus edades y grados escolares.

No obstante, debido a su elevado nivel de desatención y desmotivación hacia las tareas escolares en general y su impulsividad y necesidad constante de “estar haciendo algo”, presentan consecuencias en su rendimiento escolar.

Esta conducta se presenta desde muy pequeño, en las entrevistas con los papás: siempre mencionan alguna conducta diferente, incluso siendo bebé; a veces, se relacionan a las alteraciones del sueño, o cómo cambió de tranquilo a inquieto a partir de empezar a caminar, pero el denominador común es que aparezcan anécdotas, relatos que ya nos están advirtiendo sobre posibles indicadores predictivos de este trastorno. Hay que señalar además, que del propio relato con los padres, surge que han sido niños atendidos adecuadamente, aunque con papás que de alguna forma, muestran signos de ansiedad, distracción, pero que se muestran comprometidos con ayudar a su hijo, sintiendose muy frustrados por no encontrar suficientes respuestas para poder modificar esta conducta y actitud del niño que no sólo genera “desacomodos” en el medio familiar, sino también en el social y escolar.
Son niños a los que les cuesta llevar el ritmo del grupo en el aula, se dispersan , hablan en momentos que no corresponde, molestan a sus compañeros o asumen una conducta oposicionista ante la tarea. De este modo, quedan como “desconectados” de lo que se da en clase, situación que también se constata en la clínica, ante las consignas de la pruebas de la Batería Neuropsicológica a aplicarse. Con frecuencia, es necesario repetirle dos o tres veces la consigna de la tarea a realizar, la pregunta en un subtest de información general, o la situación problemática a resolver.

En las pruebas de evaluación de conocimientos generales, así como de lengua y matemática, se observa a veces, niveles descendidos respecto a lo esperado para su edad y el grado que cursa. Nos sucede a menudo, trabajar con chicos que pueden estar cursando cuarto grado y sin embargo, los resultados de la evaluación neuropsicológica, nos dan disparidad multigrado en las diferentes capacidades estudiadas. Es decir, en razonamiento y cálculo, pueden estar adecuados al cuarto grado, pero en lengua, presentan un nivel de 2 do grado.

A causa de los principales síntomas del TDAH, los niños que lo padecen suelen presentar dificultades en todas aquellas tareas que requieran una atención sostenida, así como en las actividades en las que sea preciso memorizar material para su posterior recuperación. Al niño hiperactivo le cuesta trabajo seleccionar, filtrar de entre toda la estimulación que le llega, cuál es la más importante en cada momento, a cuál debe atender y cuál puede obviar, esto hace que incurra en muchos errores.

Por otro lado y como consecuencia también de las alteraciones neurofisiológicas de este síndrome, pueden quedar fijados en un detalle trivial, que logra captar su atención durante un largo tiempo, o incluso obsesionarle.

Cuando las tareas requieren mayor capacidad de abstracción, es posible que se complique aún más. El razonamiento abstracto exige no sólo prestar atención, sino manejar mentalmente una serie de datos, operar con ellos y buscar una respuesta. Para el niño hiperactivo este proceso resulta, en la mayor parte de los casos, sencillamente imposible, ya que le requiere poner en marcha precisamente aquellos procesos para los que está menos preparado. En su “almacén de datos” la información sólo se mantiene un tiempo corto y debe salir inmediatamente para permitir la entrada de nueva información de manera continua. Esto provoca que su memoria a corto plazo sea algo deficiente, gran inconveniente de cara a las tareas escolares más habituales. No ocurre lo mismo con la memoria a largo plazo, que suele estar muy bien desarrollada: a estos niños quizás le cuesta mucho recordar lo que ha sucedido tan sólo unos momentos antes, pero si la información pasa al almacén a largo plazo, (bien porque el material se repita con frecuencia o porque sea de gran interés para él, podrá retenerla por más tiempo).

¿De qué modo promueven las conductas características del trastorno de hiperactividad y déficit atencional las estructuras cerebrales y los defectos genéticos que se van encontrando? La raíz parece estribar en el deterioro de la inhibición conductual y del autocontrol según Barkley,R. que viene estudiando este tema desde hace varios años.

El autocontrol, la capacidad de inhibir o frenar las repuestas a un estímulo es una función crucial para la realización de cualquier tarea. La mayoría de los niños conforme van creciendo, adquieren la capacidad de poner en práctica las funciones ejecutivas, actividades mentales que les ayudan a apartar las distracciones, fijarse unas metas y dar los pasos para alcanzarlas.

En los primeros años, estas funciones ejecutivas se exhiben al exterior, los niños hablan en voz alta mientras juegan y hacen las actividades. A medida que crecen van interiorizando estas funciones ejecutivas desapareciendo las verbalizaciones.

Las funciones ejecutivas pueden agruparse en cuatro actividades mentales:

1. La memoria operativa, tener en mente la información mientras se trabaja en una tarea.

2. La interiorización del habla, que permite a uno pensar para sí, seguir reglas e instrucciones.

3. El control de las emociones, la motivación y el estado de alerta, que ayuda a conseguir metas y diferir las emociones que nos interfieren.

4. La función de la reconstitución que nos ayuda a ser flexibles y creativos al fragmentar las conductas observadas y volver a combinarlas en nuevas acciones.

Según las investigaciones más recientes, debido a causas genéticas, los niños TDAH no adquieren estas capacidades y en consecuencia, despliegan un comportamiento y un habla excesivamente “públicos”. No son capaces de guiarse por instrucciones internas, ni de modificar su comportamiento.

Su memoria operativa o “buffer” para almacenar información que deberá utilizar en otra instancia o paso de la misma tarea que realiza, es muy lábil, debido sin duda a su dificultad en prestar atención; eso hace que se quede con información fragmentada, que escuche sólo parte de una consigna, y por lo tanto obtenga resultados negativos a la hora de resolver la tarea.

Inhibir o controlar sus impulsos, le resulta muy difícil, porque no ha madurado convenientemente el soporte de circuitos neurológicos que le permiten adquirir este autocontrol, de modo que podemos observar de acuerdo a lo que informan las maestras, pero también al relato que nos hacen los propios niños, que no pueden contenerse de molestar a otros , que no quieren ir a la escuela, que no quieren acatar la pauta del trabajo grupal, que no quieren jugar con los demás porque lo pelean.

Esta es una patología de origen neurobiológico, que no “se cura” sola, ni con los años ni la maduración, requiere de tratamientos especializados de reeducación de las funciones cerebrales alteradas y en muchos casos, de medicación psico-estimulante que logre mejorar sus niveles de atención y que debe ser solamente indicada y controlada por un neurólogo o psiquiatra de niños. Obviamente, la medicación logra estabilizar los niveles de atención del niño y mejora su control de impulsos y su toma de decisiones, pero no alcanza para que adquiera los conocimientos de base , que por diversas razones anteriormente expuestas no adquirió, así como para ponerlo “al día” con su grupo escolar, por lo cual, aun tomando medicación, necesita tratamiento especializado.

Este tratamiento debe ser realizado por profesionales del área de la salud o educadores del área de rehabilitación, no puede llevarse adelante por una maestra de “apoyo escolar”, ya que al tratarse de una patología de origen neurobiológico, exige una intervención neuropedagógica e interdisciplinaria que provoque cambios en la estructura neuronal que tiene un comporta-miento disfuncional o alterado, es decir, especialistas que actúen sobre el sustrato neuronal de la memoria, la atención, las emociones, las funciones ejecutivas, el sistema motriz y los módulos cerebrales responsables del lenguaje y el razonamiento.

Respecto al trabajo de la maestra en la Escuela, partimos de la base que todo docente da lo mejor de si para sacar adelante a niños que presentan determinadas dificultades en diversas áreas, más aun hoy día donde se tiende a la integración de chicos con diferentes capacidades. El equipo de tratamiento externo que atienda al niño con TDAH puede asesorar y brindar a la maestra determinados materiales, adecuar las evaluaciones que le tomarán, darle contención respecto a las frustraciones que generan este tipo de alumnos, pero consideramos que muchas veces se depositan en las instituciones escolares, expectativas que exceden sus responsabilidades y cometidos educacionales , y ante la frustración se tiende a subestimar y desvalorizar la labor del maestro de aula. No debemos olvidar que el rol central de la educación en valores de un niño, debe ser la familia.

De lo anteriormente expuesto, se puede observar claramente la angustia que sin duda viven estos niños, al no poder controlar su conducta, sus impulsos, y cómo externalizan esa angustia, de una forma que resulta paradójica para el adulto: indiferencia, oposicionismo, actitudes de aislamiento, propensión a meterse en problemas, a no poder medir las consecuencias de sus acciones.

Estos chicos no suelen pedir ayuda, por lo menos de la forma verbal que esperaríamos. Asi, los adultos en general, en una mirada rápida y desde nuestras urgencias de cumplir con las responsabilidades inherentes a nuestro rol, ( padres, educadores, familia, etc), tendemos a ser bastante poco tolerantes con estas “personitas”, que realmente alteran, nuestro ritmo y vínculos familiares y nuestra planificación escolar.

Estos niños requieren tratamiento especializado: profesionales preparados para contenerlos y para ponerles límites, para “educar” esas estructuras neurales que determinan su comportamiento rebelde y disruptivo y que lo llevan a tener tan baja opinión de si mismo. También para trabajar junto con la familia y los docentes, en las modificaciones ambientales, sociales, conductuales y cognitivas que mejor se adecuen a las necesidades y al estilo cognitivo del niño.

Niños hiperactivos y “difíciles”, hubo siempre; pero la sociedad y la familia, eran más sólidas en el mantenimiento de determinados valores y pautas de educación y respeto. Actualmente, vemos que se van haciendo más laxas, por diversas razones. En las entrevistas con padres de niños con TDAH, ellos mismos reconocen que el niño “se les va de las manos”, que “ya no saben que penitencia implementar “, que no pueden más… y si los papás no pueden, imaginen la frustración del maestro que procura desplegar todas sus estrategias posibles de seducción y contención para que el niño se motive a trabajar y ese niño le presenta un muro infranqueable.

La tarea por delante no es fácil, pero en nuestra experiencia, todos estos niños, si han sido bien diagnosticados y en especial con un diagnóstico a tiempo en la infancia, y tienen un tratamiento acorde a sus necesidades pedagógicas, emocionales y conductuales y un buen acompañamiento escolar y familiar, salen adelante, y en algún momento de su vida y de su escolaridad hacen ese “clic” tan necesario y tan esperado por todos.

Prof. Neuropsic. Ing. Silvia Pérez Fonticiella.

Consultora en Neurociencias.

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Neuropsicología Clínica
Posgrado. Madrid, BCN y Valencia. También a distancia. Reconocido
www.isep.es

sábado, junio 19, 2010

TDA en el adulto.


Problemas comunes para el diagnóstico de TDAH en el adulto.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes en la infancia, y persiste en la edad adulta en el 30-79% de los niños afectados.1“3

Se estima que del 4 al 5% de la población adulta padece TDAH; siendo un padecimiento común, se ha encontrado que no está diagnosticado en la gran mayoría de los casos.1,3

Los adultos con TDAH suelen manifestar principalmente síntomas de inatención y de impulsividad, ya que la hiperactividad disminuye con la edad, refiriendo solamente un sentimiento subjetivo de inquietud, por lo que puede ser difícil su diagnóstico o confundirse con otros padecimientos psiquiátricos.4

Al igual que en la infancia, la presencia de otros trastornos psiquiátricos asociados al TDAH es frecuente en los adultos. Se considera que un 60-70% de adultos con TDAH presenta alguna comorbilidad psiquiátrica. Los trastornos comórbidos en adultos son similares a los encontrados en la infancia, con la diferencia de que existe una mayor prevalencia de abuso de sustancias y trastornos de la personalidad. Los trastornos comórbidos más frecuentes son el trastorno depresivo mayor, el trastorno antisocial de la personalidad, los trastornos por consumo de sustancias y, en menor frecuencia, el trastorno por crisis de pánico y el trastorno obsesivo compulsivo.4,5

El TDAH en adultos puede estar presente en pacientes que han sido vistos en la consulta por otros trastornos y que no han sido valorados adecuadamente.6

Otro problema al que se enfrenta el médico, es que en la práctica clínica, la descripción del DSMIV es inmanejable.6

Criterios diagnósticos de TDAH en adultos del DSM-IV TR.

No prestan la atención suficiente a los detalles o cometen errores por descuido en las tareas o el trabajo.
El trabajo suele ser sucio, descuidado y realizado sin reflexión.
Dificultad para mantener la atención en actividades laborales.
A menudo parecen tener la mente en otro lugar.
A menudo no siguen instrucciones ni órdenes, y no llegan a completar encargos u otros deberes.
Dificultades para organizar tareas y actividades.
Las actividades que exigen un esfuerzo mental sostenido son experimentadas como desagradables.
Los hábitos de trabajo suelen estar desorganizados y los materiales necesarios estar dispersos, perdidos o tratados sin cuidado y deteriorados.
Se distraen con facilidad ante estímulos irrelevantes e interrumpen frecuentemente las tareas que están realizando para atender a ruidos o hechos triviales.
Suelen ser olvidadizos en lo que concierne a actividades cotidianas.
No ponen atención en las conversaciones y no siguen los detalles o normas de juegos o actividades.
Son inquietos o están retorciéndose en el asiento.
Dificultad para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
Aparentan estar a menudo “en marcha” o como si “tuvieran un motor”.
Hablan excesivamente.
Tienen sentimientos de inquietud y dificultades para dedicarse a actividades sedentarias tranquilas.
Dificultad para esperar un turno e interrumpir o interferir frecuentemente a otros hasta el punto de provocar problemas.
Problemas en situaciones sociales, académicas o laborales.
Tienen accidentes frecuentes o incurren en actividades potencialmente peligrosas sin considerar sus posibles consecuencias.
Debe haber pruebas claras de interferencia en la actividad social, académica o laboral propia del nivel de desarrollo.
No estar relacionado con un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico.
El TDAH en adultos está infra diagnosticado y en consecuencia no es tratado o recibe un tratamiento incorrecto al ser confundido con otra patología psiquiátrica.

Importancia del diagnóstico adecuado en TDAH.

El TDAH está asociado a diversas anormalidades a nivel de estructura y fisiología cerebral. Diversos estudios apoyan la idea de que el TDAH se debe a una desregulación de la corteza frontal, estructuras subcorticales y las redes que conectan.7

Adicionalmente, algunos estudios indican que en el adulto con TDAH se produce una alteración a nivel de las funciones ejecutivas, que incluye procesos superiores como:8

Memoria de trabajo.
Inhibición de la respuesta.
Autorregulación.
Abstracción.
Planeación.
Organización.
Fluidez.


Riesgos de no tratar el TDAH en los adultos.

Abuso de sustancias.

El TDAH aumenta el riesgo para desarrollar un trastorno por consumo de sustancias.9

En ausencia de tratamiento, esta enfermedad provoca un riesgo 3 a 4 veces mayor de consumo de sustancias en adultos no tratados.10

En el caso de alcoholismo, el 23% de adultos padecieron TDAH en la infancia.11







Accidentes

Los pacientes con TDAH tienen mayor riesgo de presentar accidentes de cualquier tipo:

81 % de visitas a urgencias.13
2% más riesgo relativo de accidentes en vehículos.14
Problemas familiares y laborales

Como se ha señalado hasta este punto, los pacientes que sufren TDAH no sólo padecen de problemas de inatención e impulsividad, también se ve afectada la parte emotiva y organizacional, provocando problemas graves en su vida personal y laboral como:

Peor ajuste social.
Menor formación académica.
Dificultad en relaciones interpersonales y de pareja.
Peor adaptación social.
Los síntomas del TDAH son diferentes en adultos y niños, por lo que el diagnóstico y tratamiento específico en adultos es necesario. Además, el TDAH en adultos tiene comorbilidad con otros trastornos, por lo que debe ser detectado, diagnosticado y tratado adecuadamente.1

Fuente:http://psiquiatriaintegral.com.mx/principal/?p=76